Puede tener todo lo que quiera: un telefóno, un ordenador y hasta su propio castillo... porque se lo construye él con piezas de Lego. Es el artista estadounidense Neizan Sewer. Ha pasado de ejercer como abogado a exponer en medio mundo. "Volvía a casa agotado tras 12 horas en el despacho y necesitaba hacer algo creativo".

Todo sale de su estudio en Nueva York. Aquí tiene más de un millón y medio de piezas. Es capaz de visualizar cómo tiene que colocarlas para crear su propia colección de lápices. Con un poco de pegamento y mucha paciencia, puede transformarlas en una nadadora. Y atención, porque también acepta encargos. Por 60.000 euros puede hacernos un retrato a escala real. Solo necesita 3 semanas y 30.000 piezas. Una forma de convertir un juguete en arte.