La inversión es la inyección que permite la investigación. Sin ella, los científicos españoles ven peligrar sus investigaciones y los avances que podrían lograr.

Es el caso de las terapias antitumorales que podrían salir del laboratorio de la Universidad Complutense, un estudio que ha quedado en la cuerda floja tras perder un importante presupuesto.

"Hemos perdido colaboraciones con dos empresas y eso ha supuesto unas pérdidas de más de 100.000 euros", lamenta la Cristina Sánchez, vicedecana de Investigación en la UCM, que señala que ese dinero se utiliza, sobre todo, para contratar personal.

Disponer de fondos, según apunta Marta Aseijo, estudiante predoctoral en esta universidad, les permitiría hacer muchas más cosas. "No tener que pararnos a pensar si este es el experimento correcto o no porque solo hay fondos para hacer uno de ellos, podríamos participar en congresos internacionales, aumentar el sueldo de los estudiantes predoctorales...", enumera.

Y es que la financiación llega a cuentagotas a laboratorios como el suyo. Pero, sin dinero, los tratamientos contra el cáncer que allí se investigan podrían no ver nunca la luz.

Manuel Collado, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, estuvo a punto de echar a perder años de investigación por este mismo motivo. En su caso, no le quedó otra que tirar de imaginación y amigos para seguir investigando.

"Racaneando al máximo y recurriendo a la colaboración de amigos y conocidos que sabían de nuestro trabajo y nos permitieron continuar y terminar", relata.

Ahora, se encuentra en una situación parecida: a su proyecto para hacer más eficaz y menos agresiva la quimioterapia se le termina la financiación en un año.

Por su parte, el equipo de la investigadora Patricia Sancho tuvo que recaudar fondos por su cuenta, a través de "una campaña de micromecenazgo público para conseguir dinero para poder contratar a una investigadora del grupo", según explica.

Óscar Fernández-Capetillo, investigador del CNIO, sí cuenta cuenta con financiación europea, pero es crítico con la precaria situación de la investigación en España. "No estamos entre las preguntas que nuestros ministros o presidentes o consejeros piensan a la hora de desayunar", reprocha. Ello, lamenta, "hace que tengamos un país con muy poca visión en nuestro campo".

Mientras llega la tan necesaria financiación, los investigadores siguen haciendo ciencia bajo mínimos. Por eso es tan acuciante elevar la inversión en ciencia hasta, al menos, el 2% del PIB. Puedes colaborar firmando la petición en este enlace.