A solo 48 días para la primera cita con las urnas, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se ha marcado un objetivo claro: "Es devolver el orgullo al PP de ser la primera fuerza política de España".
Una meta elevada, pero no eludirá su responsabilidad, dice, de no conseguirlo: "Seré el último afiliado en cada uno de los actos y me haré corresponsable de los resultados de las municipales y autonómicas del 28 de mayo".
El discurso lo ha dado ante la Junta Directiva Nacional de su partido, aunque horas antes ya arrancaba la precampaña presentando a su compañera de filas y presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, en un desayuno. Ambos, dos almas del partido, han compartido sintonía y mensajes contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien Ayuso ha definido como "desastre".
La líder madrileña ha puesto su objetivo en los votantes de Vox, a quienes les ha propuesto un dilema: "O Sánchez, o España".
Mientras, y frente al discurso catastrófico, el PSOE ha preferido destacar los buenos datos económicos y los del sector turístico en Semana Santa. Datos que, a juicio de la portavoz del PSOE, la ministra Pilar Alegría, nada tienen que ver con el catastrofismo que pronosticaba el PP: "Afortunadamente solo está en la cabeza de Feijóo".
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