La gobernabilidad tras el 23J tiene una aritmética que acerca a Pedro Sánchez a una segunda legislatura, aunque no sin pasar antes por duras negociaciones con las formaciones independentistas, especialmente Junts Per Catalunya. Con el PNV desligándose de la posibilidad de permitir con sus cinco escaños un Gobierno de PP y Vox, las posibilidades de no acudir a una repetición electoral se reducen a una compleja investidura de Pedro Sánchez con el sí de PNV, ERC y Bildu y la abstención de Junts.

Desde el PSOE afirman que dejarán reposar los resultados antes de comenzar la ronda de contactos, mientras desde Sumar ya han designado a Jaume Asens para iniciar las negociaciones con la formación de Puigdemont. En cualquier caso, aún queda un largo camino hasta una hipotética investidura del líder socialista: Feijóo sigue sin descartar presentarse a la suya tras haber salido vencedor del 23J, y aún tienen que constituirse las Cortes antes de comenzar a tejer el nuevo Gobierno.

Es precisamente en esta cita parlamentaria en la que el PSOE tiene la primera oportunidad para hacer un guiño a la formación independentista, a la que no le dan los números para tener grupo propio en el Congreso de los Diputados.

Junts, al igual que ERC, no ha logrado el porcentaje de voto necesario para poder formar grupo parlamentario propio en el Congreso, ya que, a pesar de que ambas formaciones han obtenido más de cinco escaños, no poseen el 15% del voto necesarios en todas las circunscripciones en las que se presentan. La formación liderada por Nogueras no suma en Barcelona, donde ha obtenido un 9,68% de los votos, ni en Tarragona, donde alcanzó un 11,08%.

Así, podrían buscar fórmulas para no acabar en el Grupo Mixto. Una de ellas podría ser el primer gesto del PSOE a los independentistas para tratar de obtener su apoyo en una posible investidura de Pedro Sánchez. Eso sí, cualquier fórmula tendrá que contar con el visto bueno de la Mesa de la Cámara que se constituirá el 17 de agosto.

No sería la primera vez que, por voluntad política, se plantea la individualidad de un grupo parlamentario que no tiene mayoría para salir del grupo mixto. En 2016, la Mesa de la Cámara Baja debatió si Convergencia Democrática de Cataluña debía o no tener grupo parlamentario propio.

Salvo Ciudadanos, que rechazó con contundencia que CDC debiera tener grupo propio, el resto de partidos se abstuvieron. Finalmente, CDC no conseguía grupo propio y perdía así algunos de los beneficios que había tenido históricamente, como las subvenciones o el derecho a conservar las seis asistentes con cargo al presupuesto del Congreso.

¿Cuáles son las ventajas de un grupo propio?

Tener grupo propio supone grandes ventajas políticas, económicas y de medios. Quien lo constituye tiene garantizada su representación en todas las comisiones parlamentarias, en la Diputación Permanente y voz propia en la Junta de Portavoces y capacidad para intervenir en todos los debates en igualdad de condiciones; mientras que dentro del Grupo Mixto hay que repartirse tiempos de intervención y asientos en las comisiones.

En las sesiones de control, tener grupo propio posibilita entrar en los cupos de preguntas e interpelaciones al Gobierno, así como ventajas a la hora de incluir sus proposiciones no de ley en los plenos, pero en el Grupo Mixto todo ese 'pedazo de tarta' debe distribuirse a partes iguales.

En el plano económico, por ejemplo, en la legislatura que termina cada grupo percibía una subvención de fija de 364.160,64 euros al año (30.346,72 al mes) y una variable en función del número de diputados de cada uno de ellos, que se estableció en 1.746,16 euros mensuales por cada parlamentario.

Además, sólo habiendo conseguido grupo parlamentario propio se puede acceder al cobro de las subvenciones por envío gratuito de propaganda electoral durante la campaña. Y las ventajas se prolongan para las siguientes elecciones, porque los que ahora lo consigan tendrán opción a presencia en los futuros debates electorales y planes de cobertura informativa de los medios públicos.

¿Y ERC, Bildu y PNV?

En el hipotético caso de que el PSOE se planteara esta opción, quedaría por descubrir cuáles serían las posibles reacciones del resto de formaciones que tampoco cumplen las condiciones para tener grupo propio en el Congreso, como es el caso del resto de partidos independentistas.

No obstante, existen otras opciones para que formaciones como Junts o ERC tengan grupo propio, si bien pasan porque ambas formaciones se alíen para compartir espacio y medios siempre que sumen a otra formación, ya sea de manera temporal (al menos en el primer periodo de sesiones) o permanente. Es, por ejemplo, lo que podría ocurrir con si lo negociaran con el BNG, que ha sacado un diputado. En total, sumarían 15 escaños y podrían constituirse en grupo sin preocuparte por el porcentaje de voto de las circunscripciones.