La primavera no solo trae flores y buen tiempo. También llegan las fiestas, los encuentros con amigos, las comidas al aire libre y los brindis interminables. Es una época del año en la que las rutinas se relajan, las celebraciones se multiplican y, sin darnos cuenta, los hábitos saludables pueden quedar en un segundo plano. Sin embargo, disfrutar de las fiestas de primavera y cuidar de nuestra salud no son objetivos incompatibles. Solo es cuestión de encontrar el equilibrio.
El primer paso es asumir que en estas fechas vamos a salir más, vamos a comer fuera de casa con mayor frecuencia y probablemente también a consumir más alcohol o dulces de lo habitual. Negarlo o intentar resistirse a toda costa suele conducir a la frustración. En lugar de eso, conviene adoptar una actitud flexible y realista. La clave no está en prohibirse nada, sino en aprender a gestionar mejor nuestras decisiones.
Una buena estrategia es mantener las rutinas saludables los días en los que no haya eventos especiales. Si sabes que el fin de semana vas a tener una comida larga con amigos, procura cuidar tu alimentación durante la semana. No se trata de hacer "compensaciones" extremas ni de restringirte en exceso, sino de asegurarte de que en el cómputo general tu alimentación siga siendo equilibrada. Incorporar frutas, verduras, legumbres, proteínas de calidad y una buena hidratación en el día a día ayudará a que los excesos puntuales tengan menos impacto.
Cuando lleguen las celebraciones, recuerda que siempre puedes tomar decisiones inteligentes sin necesidad de renunciar al placer de comer. En los aperitivos, por ejemplo, optar primero por los encurtidos, los mariscos, los frutos secos naturales o las verduras en lugar de lanzarse directamente a los fritos o las salsas puede marcar una gran diferencia. En las comidas principales, elegir platos a la plancha, al horno o guisos tradicionales frente a opciones muy grasas o rebozadas ayudará a sentirse más ligero y evitará digestiones pesadas.
El alcohol merece una mención aparte, ya que suele estar muy presente en las fiestas de primavera. Aunque lo ideal sería reducir su consumo al mínimo, sabemos que en el contexto social es difícil renunciar completamente. Por eso, es recomendable beber con moderación, alternar cada copa con un vaso de agua y, siempre que sea posible, optar por opciones menos azucaradas. También es importante no llegar con sed a las celebraciones: una correcta hidratación previa puede ayudar a controlar mejor la cantidad de alcohol que se consume.
Otro aspecto fundamental para cuidar la salud en primavera es mantenernos activos. El buen tiempo invita a caminar, hacer deporte al aire libre o simplemente pasar más tiempo en movimiento. Aprovechar cualquier oportunidad para mantenerse activo compensa en parte el aumento de la ingesta calórica propio de estas fechas. No hace falta apuntarse a un gimnasio ni seguir rutinas estrictas. A veces basta con organizar una ruta de senderismo con amigos, bailar en las fiestas populares o elegir ir andando a los sitios en lugar de coger el coche.
El descanso también juega un papel esencial. Durante las fiestas es fácil trasnochar más de la cuenta, pero conviene recordar que el sueño insuficiente no solo afecta al estado de ánimo y la energía, sino que también influye en las hormonas que regulan el hambre y la saciedad. Cuando dormimos poco, tendemos a comer más y a preferir alimentos menos saludables. Por eso, intentar respetar unos mínimos de descanso, incluso en plena celebración, es una inversión en nuestro bienestar.
Por último, es importante recordar que la alimentación y la vida saludable no deberían convertirse en una fuente de estrés. La primavera es una época para disfrutar, para reencontrarse con seres queridos y para vivir experiencias agradables. Permitirse momentos de indulgencia, celebrar sin culpa y no obsesionarse por cada detalle también forma parte de una relación saludable con la comida y el estilo de vida.
En resumen, la clave para llevar bien las fiestas de primavera está en el equilibrio. No hace falta renunciar a los momentos de alegría ni seguir normas rígidas que resulten imposibles de mantener. Cuidar de nuestra salud en estas fechas consiste en ser conscientes de nuestras elecciones, mantener los buenos hábitos como base, disfrutar de las excepciones con moderación y, sobre todo, vivir cada momento con plena consciencia. La primavera invita a celebrar la vida. Hagámoslo, pero sin olvidarnos de cuidar también de nosotros mismos.