El miércoles por la mañana en el patio del Congreso la noticia del día parecía estar clara: el Rey, por primera vez, no acudirá a la entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. Los periodistas nos hacíamos varias preguntas: ¿Quién ha tomado la decisión? ¿Casa Real, o el Gobierno? ¿Por qué? Cuando intentábamos buscar respuestas, la noticia del día dejó de ser la que era y pasó a ser otra. Así, en cuestión de segundos.

Desde dentro de Palacio llega el eco de las palabras del ministro de Justicia: "Los indultos a los líderes independentistas condenados empezarán a tramitarse la semana que viene".

Su afirmación retumba en el hemiciclo. Los mensajes vuelan de un móvil a otro. Sus palabras provocan sorpresa e incredulidad. ¿Ha dicho lo que ha dicho?

Sorprenden por el lugar donde las ha dicho, en sede parlamentaria, en plena sesión de control al Gobierno y como respuesta a una pregunta de la diputada independentista de Junts per Catalunya, Laura Borrás, la mujer que en Madrid habla por boca de Puigdemont. Ella es la primera sorprendida. No esperaba una afirmación tan tajante. Por primera vez el Gobierno habla abiertamente del proceso de indultar a los presos del procés. Al menos de empezarlo. Hasta ahora el PSOE había ocultado el asunto, se limitaba a echar balones fuera, recurriendo a frases manidas del tipo: "Este Gobierno respeta el Estado de Derecho".

Pero ya no. Ahora ya hay una posición clara, Justicia no va a dejar que los indultos solicitados mueran en un cajón alegando atasco por la pandemia o cualquier excusa burocrática. Porque aunque el Gobierno se esfuerza en decir que su tramitación es una obligación, lo cierto es que llevaban meses paralizados. Desde el independentismo no dudan en hablar de decisión política y celebran que se haya tomado.

Se trata de un asunto recurrente en sus conversaciones con el PSOE desde hace tiempo. Los partidos nacionalistas catalanes ya habían pedido al Gobierno que activara el asunto y ahora se felicitan por las palabras de Juan Carlos Campo, Ministro de Justicia: "Lo que ha dicho no es ni típico, ni tópico. Y es una buena noticia".

El momento en el que llegan estas palabras tampoco es gratuito. El Gobierno se encuentra inmerso en la negociación presupuestaria. Necesita amarrar a ERC sin sobresaltos y asegurarse también la mayoría de la investidura para poder gobernar el mayor tiempo posible con seguridad. El gesto de los indultos gusta a ERC, pero también a Bildu y al resto de fuerzas nacionalistas que auparon a Pedro Sánchez hasta la Moncloa. Puede gustar también a los 4 diputados de Junts per Catalunya que han soltado el lastre de Torra y ahora van por libre, dispuestos a tener un papel en la negociación presupuestaria. Y, por supuesto, a Unidas Podemos, siempre defensor de buscar una solución política a las condenas de los presos.

Así que el Gobierno ya ha hecho su gesto. En público y alto y claro. Sin medias tintas. Ha hecho más de lo que quizás se esperaba.

Podríamos interpretar que el siguiente paso debe hacerlo ERC. Por ejemplo, facilitando la aprobación del techo de gasto, es decir, el dinero que tendrá el Estado para gastar en 2021. También debe votarse en el Congreso y su aprobación es indispensable para aprobar las cuentas.

La noticia empezó siendo la de la ausencia del Rey en Barcelona y terminó siendo la de los indultos. ¿o quizás, en realidad, estemos hablando de lo mismo?