El PSOE quiere que la reforma laboral se quede como está. Que el texto pactado en el diálogo social permanezca intacto. No aceptan nada que no esté firmado entre sindicatos, empresarios y el Gobierno. Pero los socialistas van más allá. Tampoco aceptan que el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz negocie cuestiones laborales fuera del acuerdo. Fuentes parlamentarias socialistas aseguran que Yolanda Díaz no puede ir por libre y que, para cualquier pacto, debe contar con los 120 votos de los diputados y diputadas socialistas.

El PSOE, en las últimas horas, ha endurecido el tono. Fuentes de la dirección socialista niegan que vaya a haber contrapartidas a cambio del voto favorable a la reforma laboral. Son lentejas. "Quien quiera, que apoye el texto, pero no hay negociación", sentencian. No aceptan ningún pacto fuera del diálogo social.

Una postura que choca de lleno con la hoja de ruta que ha puesto en marcha Yolanda Díaz acompañada de su equipo. Llevan días negociando cuestiones laborales con los socios de investidura; asuntos sobre la precariedad, los convenios autonómicos o las inspecciones de trabajo. Todo asuntos que podrían contentar a ERC y PNV a cambio de su voto favorable.

Fuentes del Ministerio de Trabajo aseguran que el presidente del Gobierno está puntualmente informado sobre el contenido de las negociaciones. Y no entienden por qué de repente ponen coto a Yolanda Díaz respecto a temas que son de su competencia. El Gobierno teme que cualquier movimiento saque del acuerdo a la CEOE, pero desde Trabajo argumentan que no todas las medidas tienen que tener el aval de los empresarios. Recuerdan que la subida del SMI se produjo con el rechazo de la patronal, y recuerdan también que cuando el PSOE ha tenido que negociar, por ejemplo, el decreto de las pensiones, no ha tenido problema en acordar, incluso, cuestiones ajenas al Ministerio de Seguridad Social.

Todo este debate desemboca en una cuestión clave: con quién saca el Gobierno de coalición la reforma laboral. ¿Con los socios de investidura o con Cs y otros partidos pequeños próximos a la derecha?

En Unidas Podemos sospechan que el PSOE esté buscando excusas para convalidar el decreto con el apoyo de los diputados de Inés Arrimadas y así presentarse a las elecciones de Castilla y León como un partido moderado, con posiciones más centristas y alejado de las concesiones a los nacionalistas. Los números dan si el Gobierno decide apoyarse en Cs y otros ocho partidos regionalistas.

Lo cierto es que este asunto servirá a los partidos para fijar posiciones de cara a la opinión pública. En Cataluña, ERC y Unidas Podemos se miran de reojo. A los republicanos no les vendría mal del todo distanciarse de Yolanda Díaz y presentarse como el verdadero partido de izquierdas que no se pliega a los intereses de los empresarios. Bildu no tiene ninguna intención de traicionar a sus votantes después de que los sindicatos vascos, con mucha implantación social en Euskadi, hayan dicho claramente que esta reforma es inasumible. El PNV exige la prevalencia de los convenios autonómicos por encima de los nacionales, y lo defiende sabiendo que tiene de su lado a los empresarios vascos y a los sindicatos, y no va a ceder en una cuestión que afecta de lleno a su identidad nacionalista. Y luego está Cs, que por primera vez desde hace mucho tiempo podría ganar cierto protagonismo, mostrándose como un partido útil que salva el acuerdo avalado por los empresarios.

La reforma laboral debe convalidarse el próximo jueves 3 de febrero. El plato de lentejas se servirá en la mesa. Llegarán bien calientes. Veremos quién se las come.