Lo siento, Maribel. El tiempo de querer dar pena ya pasó. Ahora, diez meses después de la DANA y de que permanezcas callada sin aportar una información clara y valiosa sobre lo que sucedió aquel día en El Ventorro da igual cómo te sientas. No importas. Eres irrelevante y tu salud mental es responsabilidad tuya por haber decidido pensar solo en ti y no en las familias de 228 personas. Victimizarse a estas alturas solo aporta más rabia e ira a quien ha perdido a sus seres queridos por la negligencia del comensal con el que departías y al que durante diez meses has tapado con tu silencio.

Lo cierto es que la carta es un insulto más sobre la memoria de las víctimas. A ti te importan una mierda y lo has demostrado con una misiva muy larga en la que sigues jugando con la verdad sin ser clara para poder seguir viviendo muy bien por aquellas tierras al margen del dolor de quienes lo han perdido todo. Maribel Vilaplana pide poner el foco en las personas que tenían responsabilidad y poder decisión, que ella solo tuvo mala suerte por haber estado allí aquel día. Es lo que todo el mundo hace, señalar a Carlos Mazón, por eso llevan meses pidiendo a la periodista que hable y explique todo lo que pasó, que deje que los periodistas le pregunten, que cuente lo que sabe.

La asunción de responsabilidad por las propias decisiones que todos tomamos es una característica de las personas adultas y Vilaplana tomó una decisión después de que supiera lo que ocurrió y ahora también tiene que afrontar y asumir. No como cargo público, sino como ciudadana. Ella quiso callarse, ocultarse, ser partícipe de la mentira de Carlos Mazón y preferir pensar en sí misma que en el dolor de las víctimas. Ella podría haber dado mucha luz a lo que ocurrió desde el primer momento, pero decidió pedir que se obviara su presencia en esa comida esperando que no saliera a la luz. Todos sabemos que, si eso se le concedió, será a cambio de que las versiones sobre lo que allí ocurrió en esas horas críticas no trascendiera para perjudicar al PP y a Carles Mazón. En Argentina dirían “andate a la mierda, Maribel”.

Las horas en las que sucedió todo fueron demasiado importantes como para seguir haciendo una carta de descargo en la que solo quiere que la dejen en paz sin aportar mucha más información. Si Maribel Vilaplana quiere que su salud mental mejore, que su estrés postraumático desaparezca esto es un insulto a las víctimas tendría que comenzar su carta de otra manera. Y ser clara, que explique de manera detallada, por ejemplo, quiénes estaban en esa mesa, ¿Solo ella y Mazón? quiénes pueden aportar más luz, qué se consumió en esa comida y si el president estaba en condiciones fisiológicas de atender una emergencia, ¿Solo hubo un poco de vino? O hay alguna razón de peso espirituoso por la cual desde la Generalitat guardan con tanto celo la factura y lo que allí se consumió.

De lo poco que se puede contrastar con la versión de la periodista en su carta y las versiones dadas es que primero ella mintió al declarar que la comida acabó a las 17:45, hora que coincidía con la versión que primero trasladó Carlos Mazón diciendo que en ese momento se fue a la Generalitat. No sabemos si esa versión que ahora parece falsa según su carta fue acordada entre ambos. Es algo que convendría dirimir para ver si hay más motivos para que esta señora dé pena a las víctimas de la DANA. Porque a pesar de que Vilaplana está muy malita se pone muy críptica y no dice si de quien se despidió fue de Mazón o de alguien más que hubiera en esa comida.

La Generalitat dijo en su momento que el president llegó a las 18:00 a su despacho desde donde siguió los acontecimientos siendo informado. Ahora, Vilaplana dice que aquello acabó a las 18:30 o a las 18:45. Así que alguno de los dos miente. Yo no sé quién lo hace aunque los precedentes de Mazón no son nada halagüeños La cronología sobre lo que sucedió antes de que se lanzara la alerta es tan importante que de eso depende que alguien acabe en la cárcel, así que imaginen si Vilaplana puede aportar información fidedigna si quiere para dar luz a lo que ocurrió. Sigue sin querer. Solo quiere salvarse y que la dejen en paz. Es tu decisión, Maribel, pero no esperes dar pena.