Cuando nos ponemos a buscar trabajo en España corremos el riesgo de encontrarnos cosas como esta: "Se busca licenciado en economía o derecho dinámico resolutivo con iniciativa, organizado, bilingüe en inglés para un puesto de 9 de la mañana a 6 de la tarde". Se trata de una oferta de empleo de lo más atractiva, si no fuera porque el salario es de 450 euros al mes brutos.

Seguimos buscando y encontramos otra oferta: "Se necesita escritor de anuncios para empresa de desatascos de tuberías. Artículos de 300 palabras. Remuneración: 1 euro y medio", es decir, que todo el trabajo de redacción cuesta lo mismo que, ni más ni menos, una caña.

Aun así, no perdemos la esperanza y encontramos otro artículo: "Buscamos locutor profesional con experiencia demostrada. Imprescindible estudio de grabación propio. Tarifa de 3 céntimos por palabra", una remuneración extremadamente ridícula.

La 'Oficina Precaria' es un local improvisado donde dan consejo legal gratuito sobre las condiciones de trabajo. Han atendido más de 200 consultas, todas ellas con una característica común: el miedo a perder lo poco que tienen.

Es por eso que protestar causa rechazo en su entorno. Pablo Padilla, miembro de la Oficina Precaria, nos ha contado que lo más común es pensar "te estás buscando follones" al quejarse, o "no puedes pedir días libres si sólo llevas un mes en el trabajo". Con este panorama, lo raro es que nuestros jóvenes todavía busquen empleo en España.