El universo de Jaime son
los dibujos: a sus 23 años tiene un trastorno del espectro autista severo que
le fue diagnosticado a los dos. "Por las noches me acuerdo de mirarle en la cuna
dormir y decir pero que le pasa a este niño, lo veo normal y sé que le pasa
algo muy grave", señala Sole Alonso, su madre.
21 años después sus padres trabajan cada día con él para que tenga la mayor autonomía posible y ahora plasma sus dibujos en camisetas y sudaderas que comercializan con un único objetivo: "Que él tenga calidad de vida, que tenga una vida digna, que sea eso que llamamos feliz".
En los últimos años han comenzado a detectarse
trastornos del espectro autista en personas con más de 40 años que no estaban
diagnosticadas. Adultos con autismo como Miguel, que a pesar de tener una discapacidad
de casi el 80%, ha aprendido a vivir y trabajar, ahora en un huerto.
Los expertos insisten en la importancia de detectar el autismo en la
infancia. A Aitor se lo detectaron con tan solo un año y ahora con cuatro ya es
capaz de hablar y comer solo. Cómo él muchos niños con autismo deberán trabajar
mucho por su futuro para que algún día, como Miguel, puedan decir que son
felices. Nosotros
debemos ayudarles a que estén totalmente integrados y su vida tenga la mayor
calidad posible.