Isaak Komisarchik, el anciano encontrado muerto en el ascensor, desapareció la mañana del 6 de julio, y no fue hasta un mes más tarde cuando encontraron su cuerpo. Cuando los vecinos alertaron del fuerte olor que salía del hueco del ascensor, los servicios de emergencia acudieron y encontraron el cadáver del hombre en avanzado estado de descomposición.

Ahora la policía investiga por qué los técnicos del aparato no respondieron a las llamadas de emergencia que el hombre, que padecía demencia senil, realizó desde el interior.

Por su parte, la empresa encargada del mantenimiento del ascensor asegura que daba servicio a un garaje que se encontraba cerrado por reformas, según informa 'The Denver Post', y que el ascensor se encontraba también fuera de servicio. Sin embargo, el portavoz de la policía de Denver, John White, negó que el elevador estuviese fuera de servicio como asegura la empresa, y afirma que la investigación está centrada en "cómo y cuando llego allí" y por qué falló desde el primer momento el protocolo de rescate de la persona encerrada.

El departamento de bomberos de la ciudad aseguró que no recibió ninguna llamada de alerta, pero el registro de llamadas del intercomunicador del ascensor muestra que la víctima pulso hasta en dos ocasiones y durante un largo periodo de tiempo el botón de emergencias. Las causas de la muerte no se han podido esclarecer todavía ya que, el mal estado del cuerpo, dificultan las labores de investigación, según informa The Denver Post.