La Guardia Civil, en la denominada operación 'Kukomaik', ha desarticulado una organización criminal dedicada al tráfico internacional de drogas desde Marruecos hasta Francia, Bélgica, Holanda y Polonia y al blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. Así, han sido detenidas siete personas e imputadas otras cinco y se ha intervenido 1.200 kilogramos de hachís y 86 kilogramos de marihuana.

La operación ha sido desarrollada por el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Antequera (Málaga), que han sido apoyados por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Alicante, Subsector de Tráfico de Málaga, Grupo de Acción Rápida (GAR) y por la Unidad Aérea de la Guardia Civil. La operación se inició en noviembre de 2017, cuando la Guardia Civil detectó la existencia de varias empresas que resultaban sospechosas debido a la actividad que estaban desempeñando.

Estas empresas estaban siendo operadas por miembros de una organización criminal que actuaba a través de un entramado societario compuesto por numerosas empresas con distintos administradores y apoderados y cuya actividad simulaba ser totalmente legales. El líder de la organización criminal también estaba siendo investigado por delitos relacionados con el narcotráfico por la policía judicial de Burdeaux (Francia).

Investigadas todas las conexiones internacionales, los agentes decidieron iniciar explotación de la operación, que se dividió en varias fases. En la primera fase interceptaron uno de los envíos que la organización criminal estaba intentando mandar fuera de España. En esta ocasión transportaban en un vehículo 970 kilogramos de hachís. El conductor del vehículo, al verse rodeado en una carretera próxima a Antequera, inició una fuga a pie que fue frustrada por los guardias civiles al localizarlo más tarde escondido en una zona de monte, procediendo a su detención.

En la segunda fase se procedió al registro de una de las naves investigadas, ubicada en un polígono industrial de Antequera, donde se hallaron 232 kilogramos de hachís y 86 de marihuana, deteniendo a las dos personas que se encargaban de preparar, distribuir y ocultar la droga entre la carga de camiones de transporte de mercancías cuyo destino final eran Francia, Bélgica, Holanda y Polonia.

Los agentes detuvieron a otras tres personas en Alicante y una más en Cádiz. La droga permanecía custodiada en las naves durante las 24 horas del día por dos miembros de la organización que se hacían pasar por operarios. Además, para dotar de más seguridad la custodia y el envío de la droga usaban un sofisticado detector de frecuencias para dificultar la actividad policial, así como dos dispositivos geolocalizadores vía GPS para mantener un estricto seguimiento y control permanente de la mercancía en los envíos.