Esta vez ni se han dado
la mano al empezar, los ánimos estaban caldeados. "Lo que sea para
no hablar de tu campaña, de cómo ha explotado, de cómo te están abandonando los
republicanos", le dijo Clinton a Trump.
Ambos querían hablar a
la vez y cuando les han pedido que dijeran algo bueno del rival, Clinton ha tenido
que recurrir a la familia: "Yo respeto a sus hijos".
Fue un forzado final
feliz que dio paso a un frío beso entre Trump y su esposa y una extraña
sucesión de intentos con una de sus hijas, momento en que su mujer se aparta de
la escena.