La violencia contra las mujeres repuntó en México durante 2016, lo que rompió la tendencia a la baja de los tres años previos, según un informe. La Secretaría de Gobernación (Segob), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y ONU Mujeres presentaron el estudio 'La violencia feminicida en México, aproximaciones y tendencias 1985-2016', que resalta que el pasado año se registró un aumento en estos crímenes que implica un promedio de 7,5 asesinatos de mujeres por día.

En 2016, se registraron 2.746 defunciones femeninas (frente a las 2.324 de 2015) con presunción de homicidio (DFPH), término empleado por las instituciones para referirse al feminicidio, "dada la ausencia de información adecuada sobre el fenómeno".

En aquellos periodos en los que se ha dado una disminución en el número de muertes totales -como entre 1994 y 2007-, se observa un aumento en el porcentaje de DFPH, lo que señala un "comportamiento específico de la violencia contra las mujeres, con sus propios factores explicativos".

Esto implica, por tanto, que se han de llevar a cabo acciones diferenciadas con respecto a las emprendidas para erradicar la violencia social y las vinculadas con el crimen organizado, situación que se ha agravado desde 2007, señala el informe.

Además, apunta que a diferencia de lo que ocurre con los homicidios que tienen a los hombres como víctimas, en los que predominan las armas de fuego, en las DFPH se usan medios más crueles, acuchillamiento y ahorcamiento, "que evidencian misoginia".

"Lo anterior significa que no se ha logrado cambiar los patrones culturales que desvalorizan a las mujeres y las conciben como desechables", lo que permite una "permisividad social" en la violencia contra las féminas. México no sigue la pauta de otros países en los que el feminicidio por parte de la pareja es preponderante, sino que en más de una tercera parte de los casos estos homicidios toman otras características.

Las instituciones remarcaron que por ello el análisis del feminicidio no puede limitarse a la violencia ejercida por la pareja, sino que se debe recabar más información sobre el agresor. No obstante, en general México presenta un "problema de calidad de la información" dado que, por ejemplo, en el 28% de los homicidios no se dispone de datos sobre el lugar donde ocurrieron los hechos.

Por otra parte, "la violencia feminicida en el ámbito de la vivienda es un elemento estructural que ha mostrado una gran resistencia a los cambios sociodemográficos vividos en México a lo largo de los últimos años", menciona el informe, que agrega que, en ese sentido, "no ha habido ningún avance en el país".