Qué largo es el Mundial. Y qué variadas son las pistas que lo conforman. A veces vas bien, otras menos bien. Y en algunas, directamente, vas mal. Esta tercera vía fue la que vivieron los españoles en Gran Bretaña. En el circuito de Silverstone. Hicieron lo que pudieron, con Fernando Alonso llegando a Q2 incluso, pero ambos se quedaron lejos de sus mejores actuaciones. La pole, para uno de los de 'siempre'. Lewis Hamilton voló con el Mercedes para superar a los Ferrari y mandar en 'casa'.

Para hacer ver que va a vender muy cara su corona y para que quede claro que lo de Austria fue lo que fue: una excepción. El británico se marcó un 1 VS 1 con Vettel ante el que Sebastian claudicó. Lewis, con un primer intento cercano al Ferrari, el segundo fue insuperable. Sin fallos. Sin errores. Con la seguridad del campeón de F1. Así, su 1:25.892 resultó una cima inalcanzable.

Vettel se acercó todo lo que pudo, pero su primer sector le hizo caer. Malo, muy malo fue. Buscó la redención en los dos restantes y a punto estuvo de lograrlo. A 44 milésimas, más cerca de un Raikkonen que vivió lo mismo que Seb pero al revés. Todo lo conseguido al comienzo lo perdió al final.

No hubo opción para que ninguno de los españoles compitiera con los más rápidos. La mejoría de los Haas, ya casi con Red Bull, y un Charles Leclerc que está elevando al Sauber hasta donde hace años no se veía están lastrando sobre todo a McLaren. Ni con Renault en sus entrañas ni con Honda dan con la tecla en Woking en la jornada del sábado. Su velocidad, escasa. De no ser por Fernando Alonso...

Porque es el asturiano el que está tirando del carro. Con Vandoorne sufriendo en Q1, siendo raro la vez que supera esa ronda, el bicampeón se cuela en Q2 y da batalla, que es lo máximo que puede hacer. Saldrá 13º, puesto con el que a buen seguro no sueña, pero los puntos están cerca.

Más lejos los tiene Carlos Sainz. No ha encontrado el punto al Renault este fin de semana. Ni pudo con la Q1, con un tráfico que le pasó factura. Hulkenberg sí llegó a Q2, pero nada más. La supremacía de los motores Ferrari y Mercedes, salvo en unos Williams que navegan sin rumbo, es evidente.

Tan solo queda dar vuelta tras vuelta por Silverstone para ver quién se queda con el máximo botín en este Mundial. Hamilton y Vettel están mano a mano, en una batalla diferente pero no por ello más apasionante que la que van a tener Fernando Alonso y Carlos Sainz. Todo por jugarse el domingo.