El centrocampista Vicente Iborra, traspasado el jueves por el Sevilla al Leicester City inglés, afirmó este viernes en su despedida del club hispalense que se siente "un poco culpable" por marcharse y aseguró que aunque no nació "sevillista, sí" se va "a morir siendo sevillista".

Iborra compareció en la sala de prensa del Ramón Sánchez Pizjuán flanqueado por los tres trofeos de la Liga Europa ganados con el Sevilla entre 2014 y 2016, en un acto en el que, emocionado, leyó un comunicado antes de recibir las muestras de cariño de numerosos seguidores sevillistas que se congregaron en el exterior del estadio.

El nuevo jugador del Leicester, con el que ha firmado por cuatro temporadas, las mismas que militó en el club andaluz (172 partidos y 30 goles), aseguró que no había venido "a una despedida", ya que se niega "a decir adiós" a la que es su "casa" y a la que, según dijo, sabe que algún día volverá.

El de Moncada (Valencia) tuvo un recuerdo muy especial para el hoy director deportivo de la Roma, Ramón Rodríguez 'Monchi'. "Quiero dar las gracias a quien me dio la oportunidad de formar parte de este proyecto. Me fichó el mejor en lo suyo", dijo antes de agradecer el trato recibido por parte de dirigentes, técnicos, compañeros, medios de comunicación y aficionados.

Aunque el 'Gran Capitán' del Sevilla en la última campaña y la gran referencia dentro de su vestuario compareció "emocionado", confesó haber intentado contenerse" "porque las alegrías vividas en este club pasan por encima de las lágrimas", y añadió que se va "tranquilo" porque "el Sevilla está en buenas manos".

"El estadio y la afición, que son lo más importante, se quedan", recalcó Iborra, que se mostró seguro de que va a haber "un equipo ilusionante y trabajador", y dirigió un mensaje directo al Sevilla: "Gracias por dejarme ser un elegido y tener el privilegio de defenderte. He podido disfrutar de esta gran ciudad y del mejor derbi", señaló.

Ya a preguntas de los periodistas, el valenciano resaltó sobre su experiencia próxima en Inglaterra que es "un jugador competitivo, ganador", y que sólo dejará el fútbol el día en que piense que no puede "seguir creciendo". También justificó su marcha al Leicester City por la existencia de una "oferta interesante para todas las partes", en referencia a una operación de la que no se han dado cifras oficiales, aunque ha trascendido que podría rondar los quince millones de euros.