Todo ocurrió cuando José Camacho e Irene Bueno, padres del bebé afectado y aficionados del Jaén, llegaron al Ciudad de Lucena, estadio del Córdoba donde se disputaba el partido, y al llegar a taquilla para recoger sus entradas se quedaron de piedra cuando un responsable de seguridad del equipo blanquiverde les obligó a sacar una entrada para su pequeño, de tres meses, al mismo precio que la de un adulto, cuando las infantiles suelen tener un precio reducido.

Los padres del bebé se mostraron disconformes con esa decisión pero decidieron comprar la entrada para el pequeño. Aunque, tampoco se les permitió acceder con el carricoche al estadio. Este hecho llegó a los oídos de la directiva del club jienense que se encontraba en el estadio para presenciar el partido.

El presidente del Real Jaén, Higinio Vilches, pidió explicaciones inmediatamente al consejero delegado del Córdoba, Andrés Delgado, que les contestó con un tajante: "Es lo que hay".

Tras esta respuesta, ningún miembro de la directa del Real Jaén decidió no sentarse en el palco presidencial para presenciar el partido y verlo desde la grada con los seguidores del equipo. La directiva del Real Jaén se puso en contacto con la familia afecta y le propuso abonar el importe íntegro de la entrada del bebé, pero la familia se negó.