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Asia

Kerala, paraíso, especias y té

Un tesoro entre jardines y plantaciones

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Situada a orillas del Tamil Nadu, en el suroeste de India, es conocida por su cocina aderezada con mil y una especias y por sus extensas plantaciones de té. Su capital, Kochi, antiguamente servía de lugar de almacenamiento de las especias que se transportaban a lo largo de la ruta de Insulindia. En el mundo antiguo y hasta hace apenas cien años, las especias eran un verdadero tesoro y se empleaban con frecuencia como moneda de cambio llegando a ser algunas tan valiosas como el oro. Tienen propiedades aromatizantes, potenciadoras del sabor, terapéuticas y gracias a sus cualidades conservantes se utilizaban para guardar los alimentos durante mucho tiempo sin tener que desecarlos, salarlos o ahumarlos. En esta región las especias  están íntimamente ligadas a la religión ya que no comes lo mismo si crees en Visnu, Dios o en Alá. Al norte del estado la cocina está influida por la de los países de Oriente Medio y su plato característico es el arroz salteado con carne, verduras y abundantes especias, el biryani. Sin embargo, al este, la cocina es brahmana y por lo tanto vegetariana. Estas diferencias, sin embargo, tienen un punto en común, el uso del coco (en leche, aceite o pasta utilizada para espesar los curris ), el arroz y las especias. Nos podemos dar una idea de su importancia visitando alguno de los jardines de especias donde según la temporada se recogen clavo, jengibre, canela, nuez moscada, vainilla, cúrcuma, tamarindo o café aunque, sin lugar a dudas, la realeza en cuanto a especias se refiere son el cardamomo y la pimienta. Además de la producción de especias destaca su producción de té, así que cambiamos de zona y nos dirigimos a la parte oriental de Kerala, a la zona montañosa de Munnar, cambiamos también el calor por la frescura de la zona. Nos encontramos con un paisaje salpicado de riachuelos, cascadas y bungalows coloniales ya que era el lugar de veraneo de la antigua administración británica en el sur de la India Pero el espectáculo más sorprendente nos sale al encuentro en el camino, con una explosión de clorofila, una paleta de color que recorre toda la gama de verdes… son las plantaciones de té que crecen a más de mil metros de altitud rodeadas de montañas. Solamente las mujeres, que recolectan los brotes, con sus vistosos saris son la nota discordante que rompe ese colorido. Merece una visita el Museo Tea que no solo nos muestra el origen y evolución de las plantaciones, sus objetos curiosos, fotos y herramientas relacionadas con el té sino que también nos introduce en un mundo de sabores sutiles, aromas intensos así como las diferentes maneras y costumbres a la hora de tomarlo.

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