Europa
Hvítserkur, un troll de piedra en la bahía
La bahía de Húnaflói, en Islandia, está custodiada por un inmenso arco de piedra de 15 metros de altura.
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El Coloso de Rodas protegía con su llama el puerto de la ciudad clásica. Esta gigantesca estatua, una de las siete maravillas de la antigüedad, bien podría ser lo primero en lo que pensemos cuando veamos por primera vez Hvítserkur, un gigantesco arco de piedra formada por magma volcánico hace miles de años y moldeado por el viento y el agua desde entonces. Se encuentra en el norte de Islandia, en la bahía de Húnaflói, la cual parece que protege como en el Mediterráneo hizo el Coloso. Para algunos, tiene forma de rinoceronte bebiendo del océano, pero la leyenda preferida por los islandeses es la que cuenta que se trata de un troll gigantesco que se convirtió en piedra al ser sorprendido por los primeros rayos de la mañana. Al encontrarse a aproximadamente 15 metros de la playa, depende mucho de las mareas que se pueda visitar incluso desde su base, pudiendo los turistas acercarse a tocarlo. La sensación es increíble, una majestuosidad que no se pierde ni incluso cuando te cuentan de dónde viene el nombre de Hvítserkur. Literamente significa 'camisa blanca', un apodo original que resulta de comprobar cómo los pájaros dejan la roca tras hacer sus necesidades fisiológicas. El viaje a Hvítserkur se puede hacer directamente por carretera, sin necesidad de concertar una guía turística, aunque quizás sea lo más aconsejable para empaparse bien de todo lo que rodea a la historia de esta gran roca. Durante el camino es una buena idea parar en algunos de los pueblos cercanos, como Hvammstangi, Gauksmyri o Dæli, donde incluso se puede pernoctar si tenemos interés en fotografiar al troll al amanecer o al atardecer, o incluso con las auroras boreales. Como siempre, Islandia bien merece un viaje largo, en el que se pueda dar poco a poco la vuelta a la isla, descubriendo maravillas únicas en el planeta.
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