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EN EL CORAZÓN DE ALBERTA

Arte y naturaleza salvaje en Edmonton, la ciudad a descubrir en Canadá

La capital de la región de Alberta es conocida como la capital de los festivales. Allí se celebran más de 30 todos los años, que sirven de excusa para conocer una de las ciudades más verdes y ecológicas del mundo.

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Lo bueno de estar tan al norte en verano es que las horas de luz natural se multiplican muchísimo. Así, los habitantes de Edmonton pueden disfrutar de 2.300 horas de luz natural al año, una cifra que pocos asociaríamos a este rincón del centro-oeste de Canadá. Y es que la capital de Alberta es toda una sorpresa y, sobre todo, un gran secreto a descubrir.

Edmonton es conocida como la capital de los festivales de Canadá. Tiene más de 30 cada año, incluido el Fringe, el más importante de todo el país. Además, los hay de todo tipo, desde teatrales a musicales, pasando por deportivos (hay incluso festivales de esquí de fondo en invierno). Muchos eventos se celebran en el centro de la ciudad, en el Distrito de las Artes, en torno a la recientemente renovada Churchill Square, nombrada así en honor del que fuera Primer Ministro británico.

Entre concierto y concierto, entre acto y acto, nada como aprovechar para conocer la ciudad. Destaca especialmente el Congreso de Alberta, un edificio de gran valor arquitectónico de 1911 (entrada grautuita), pero también la galería de arte de Alberta y sus más de 5.000 obras; las aparentemente mal ubicadas pero intrigantes pirámides del conservatorio de Muttart (en su interior albergan zonas climáticas distintas); así como el Museo de Aviación de Alberta, junto al aeropuerto, en un hangar que fue construido por el Plan de Entrenamiento Aéreo de la Commonwealth; o el TELUS, el museo de Ciencia, con su planetario y su cine IMAX.

El Parque del Valle del río es la zona verde de referencia en Edmonton, la ciudad con más arboleda de Norteamérica. Es más de 20 veces el famoso Central Park de Nueva York y recorre la capital de este a oeste. Realmente, es la suma de 22 parques unidos y cada área se ha especializado en una actividad, desde playa a canoa, senderismo, avistamiento de animales, recreo familiar... Pero no solo el parque es zona verde. Las calles, también. De hecho, la ciudad es el hogar de una de las mayores concentraciones de olmos sanos que quedan en América. Además, árboles como el pino gris, el pino retorcido, el abeto blanco, el abedul blanco, el fresno americano o el arce común son muy abundantes.

Y si queremos vida salvaje, nada como acercarnos a pie, en bicicleta o remando al impresionante río Saskatewan Norte. Claro que, si queremos ir un poco más allá, podemos irnos a ver bisontes y alces de cerca al Parque Nacional Elk Island, que está a un paso. Si lo que te interesa es el deporte, entonces nos esperan para hacer esquí y snowboard en tres cerros locales, así como en varios centros turísticos de las montañas.

Pero no todo ocurre fuera de la ciudad. En Edmonton está el centro comercial más grande de Canadá, el West Edmonton Mall, donde encontrarás 800 tiendas, un parque acuático y dos hoteles. Se suma a la oferta de tiendas y compras de la avenida Whyte en Old Strathcona, con una gran variedad de tiendas y pubs. Además, a un paso, el teatro regional más grande de Canadá para disfrutar de actuaciones en vivo: el Catalyst Theatre.

Demasiadas cosas que hacer como para irnos solo un par de días. Y es que Edmonton exige, al menos, unos cuatro días para poder disfrutarla como se merece: con la calma de ser un pulmón verde en medio de Norteamérica.

Más información:
Turismo de Edmonton

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