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TRAS CERRAR VARIAS PÁGINAS WEB

Rusia blinda su conexión a internet: ni portales críticos, ni navegación anónima

Lo de navegar sin que nadie te 'siga' cada vez se está poniendo más complicado. Y si no, que se lo digan a los rusos.

Rusia no quiere que navegues de forma anónima

Rusia no quiere que navegues de forma anónima Agencias

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No corren los mejores tiempos para la libertad en internet, la verdad, entre los numerosos casos de espionaje online, la neutralidad de la Red, los recortes de derechos a la hora de navegar... Al final, cada país acaba constituyendo su pequeña colonia en este sentido.

Uno de los muchos que no parece estar contribuyendo a la creación de un buen clima digital es Rusia, un país con una democracia de dudosa calidad que en los últimos años está llevando a cabo prácticas que ponen en serio peligro algunos usos comunes en internet.

La historia reciente de este país con la Red nunca ha sido precisamente fructífera ni garantista de libertades, pero toda esta lucha empezó a recrudecerse, sobre todo, a partir del año 2012. Fue entonces cuando el Gobierno de Vladimir Putin aprobó la conocida como 'Lay de Restricción de Internet'.

¿En qué consistía esta ley? Básicamente, en conceder vía libre a los fiscales del país a la hora de bloquear el acceso a una web. Los criterios objetivamente defendidos permitían actuar contra todo tipo de webs que apoyasen de manera explícita prácticas tan deplorables como el fomento del terrorismo o la pornografía infantil, pero los ciudadanos no tardaron en ver cómo su Gobierno acababa aplicando esta ley para, de facto, cerrar webs que incluyesen contenido crítico con el propio Gobierno (o controlarlas de otra forma).

Hasta 100.000 dólares por acabar con Tor

Con el tiempo el Gobierno ruso se fijó un nuevo objetivo: las webs y plataformas que permiten a los usuarios navegar por internet de forma anónima. En concreto, el objetivo de la pistola apuntaba hacia Tor, la gran red que permite precisamente esto, y el Gobierno ruso hizo medianamente pública una recompensa de hasta 100.000 dólares para quien descubriese la forma de descifrar todos los datos que circulaban por la plataforma.

La pretensión de Putin era doble: por un lado, poder vigilar la actuación de todos los usuarios que navegaban por internet desde su país; por otro, evitar que este tipo de usuarios pudiese acceder al contenido crítico que ofrecían las webs que el Gobierno había prohibido pero que, evidentemente, estaban al alcance de cualquiera que supiera usar Tor para su navegación diaria.

Pero si todos estos puntos ya no eran muy alentadores, lo cierto es que los últimos pasos del Gobierno ruso en este sentido no son mucho mejores. Hace poco, un juzgado ruso autorizó y avaló la censura de Roskomsvoboda, una web dedicada a asuntos de Derechos Humanos y que lleva varios años criticando varias de las acciones del Gobierno de Putin en este sentido.

Esta sentencia es más peligrosa de lo que parece, ya que, en la práctica, acaba constituyendo un precedente a la hora de poder prohibir todas aquellas webs que el Gobierno considere perjudicial.

Así pues, todos los usuarios que deseen acceder a esta web ya no pueden hacerlo, ya que serán bloqueados por su propia IP. De hecho, ahora el Ejecutivo está pensando la forma de dar cobertura legal a la prohibición de todas aquellas VPN o sistemas que permitan a los usuarios navegar por internet de forma anónima.

Veremos cómo evoluciona todo este asunto, pero una cosa parece clara: en la época de la libertad en internet y el acceso a la información, todavía hay demasiados países a los que dicha libertad no les hace ninguna gracia.

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