Las no sé cuántas cosas que te dirán del iPhone 6s antes de la keynote de Apple

Un verano no sería verano sin el posado de Ana Obregón, los fichajes del Real Madrid (tanto los reales como los inventados), las invasiones de medusas, las olas de calor y los rumores sobre el nuevo iPhone. Apple suele dejar la presentación de su teléfono para septiembre, así que el sector se alimenta de rumores y supuestas filtraciones durante los meses de verano, en los que la sequía es tanto literal como metafórica en las redacciones.

No en vano, la firma de la manzana ya está enviando invitaciones a la prensa para su keynote del 9 de septiembre que, esta vez, será en el Auditorio Bill Graham Civic de San Francisco.

Este año hay dos grandes frentes en la rumorología de la manzana. Por un lado, el clásico: llegarán pantallas de mayor tamaño. Es más, habrá varios entre los que elegir (¿dos nuevos iPhone o tres?). Esto lo oímos y leemos prácticamente desde la primera vez que Steve Jobs mostró uno de sus smartphones.

El iPhone crece a medida que el iPad mengua y es evidente que el móvil necesita pegar el estirón este verano, así que probablemente cuando llegue a clase en septiembre nadie reconozca al chaval que al terminal el último curso estaba entre los bajitos de la clase.

La otra mitad tiene menos posibilidades, aunque también es cierto que este año es cuando más sentido tendría, especialmente tras el experimento del iPhone 5c (más fallido de lo que le gustaría a Apple, menos de lo que puede parecer a simple vista).

A la compañía nunca le ha gustado la fragmentación y sacar dos terminales de distinto tamaño es la forma más sencilla de conseguirla. Sin embargo, hace tiempo que en las oficinas de Cupertino se dieron cuenta de que no siempre es posible llevar a los usuarios por donde quieren y que en ocasiones es más fácil seguir su camino que obligarles a pasar por un camino que no les gusta. El mercado está formado por ovejas, pero pueden llegar a ser muy testarudas.

Por otro lado tenemos el material del verano: el zafiro. Todo parece indicar que la pantalla del próximo teléfono de la manzana será de cristal de zafiro, más resistente (que no irrompible), ligero y delgado. Eso sí, también es más caro y complicado de producir, así que puede dar lugar a retrasos. Por el momento, es el rumor más cercano a la realidad, pues la empresa ya ha trabajado con esta gema en el pasado; en concreto, en TouchID, lector de huella dactilar del iPhone 5s. La tecnología Force Touce también es otro de los runrunes, junto a que serán terminales de aluminio más sólidos para evitar otro temido bendgate.

MÁS RUIDO EN EL SECTOR

Como el sector se mueve en base al Culo veo, culo quiero, este verano tendremos más zafiros que los dedos de un jeque árabe. Las gemas llegarán a los móviles de todos los fabricantes, porque renderizar es gratis. Y con la IFA a la vuelta de la esquina también leeremos de todo sobre los móviles, tabletas y relojes de las compañías que estarán presentes en la feria de tecnología de Berlín, como Samsung o Sony.

Hasta hace poco Microsoft habría formado parte de este grupo, pero el reciente anuncio de que despedirá a un 14% de su plantilla hará que los rumores apunten más al futuro de Nokia, la gama Lumia y la división de telefonía en general. Probablemente Android entre en estas noticias, tanto para lamentar que Nokia no se decidiese a entrar en la plataforma antes como para asegurar que será su salvavidas.

Mientras, Facebook y Google se convertirán en los Madrid y Barça de la industria. En verano también se ficha y nadie tiene más dinero y ganas de comprar que estas dos firmas, así que la rumorología hablará de cualquier startup que pueda ser el próximo James Rodríguez o el central que tanto necesitan ambas defensas; compañías con menos nombre, pero básicas de cara al futuro. Si construyen drones o se dedican a la realidad virtual darán más que hablar, pero menos Gowex, cualquier empresa está en el punto de mira de sus talonarios.