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¿Cuándo es delito una amenaza?

¿Has recibido comentarios insultantes en las redes sociales? ¿Te has sentido amenazado por dar tu opinión sobre algún tema de actualidad en tu timeline? No lo asumas. Nadie merece estar sometido al insulto y la amenaza diaria.

¿Cuándo es delito una amenaza?

¿Qué hacer si te sientes amenazado en las redes? Silvia Barrera

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Momento sofá-noche en la apacible tranquilidad de tu casa. “Play” a ese glorioso vídeo de perros y gatos al que le sucede otro de 2 minutos de duración con estúpidas y dolorosas caídas de seres humanos que buscan su minuto de gloria y, por último, las bromas (ciudadanos chinos que vuelan montaña abajo en un banco de automasaje).

Luego te lees un par de frases profundas: “después de la tempestad siempre viene la calma” o “la vida es caer y levantarse, y volverse a caer y volver a levantarse”, y así hasta que entras en bucle. ¿Qué sería de Facebook sin esos mensajes en un folio con: “eres muy bonita, no te eches maquillaje, y si te lo echas no llores por nadie, que se corre”?

Después de tu Facebook sesión-diaria, es momento para un repaso tuitero. Algún troll que te deja una dedicatoria, dos frases con “humor negro” y usuarios ofendidos que piden su cabeza ante tal crueldad extrema, un bulo y un concurso fake utilizando la imagen del supermercado Mercadona; también un sorteo para unas maravillosas vacaciones en Torrevieja con un 806.

Tal vez hoy haya sido día de trágico suceso y circulen pantallazos con tuits irónicos,  inmorales, tal vez discriminatorios, que provocan la denuncia de usuarios y la retirada del espontáneo que ya ha eliminado el comentario o, incluso, se ha borrado del mapa temiendo la visita de la policía.

El delito de amenazas se consuma cuando llega a tu conocimiento y no cuando se lleva a cabo
Entre todo ese panorama social, lees los comentarios que han dejado ciertos usuarios, por una opinión pública algo controvertida que publicaste en tu timeline o en tu muro. “Te vamos a matar desgraciad@ por lo que has dicho. MERECES MORIR”, “ mira por dónde pisas, no te vaya a pasar algo”. Puede que sea la única amenaza, puede haber más; ya sea el mismo usuario que te haya dejado más mensajes de este tipo o que otros se hayan venido arriba arropados por la sensación de impunidad y anonimato de llamarse @carlchan45 (usuario inventado).

No todos tenemos el mismo umbral para tolerar las amenazas. Hay personas que tienen una imagen pública, sobre todo si se dedican a tratar temas de actualidad que generan opinión como el fútbol o la política que tienen que leer a diario comentarios, como mínimo, hirientes contra su persona y que te comentan: “he tenido que acostumbrarme a vivir con esto “, cuando no debería ser así. Nadie tendría que asumir ser sometido al insulto y la amenaza diaria. En mi trabajo he tenido que leer cientos de comentarios amenazantes en los que la víctima, amargamente, me pedía que valorara la entidad de la misma.

¿Por qué los llaman comentarios hirientes cuando son amenazas?
No debe ser la policía sino la propia víctima que recibe el mensaje quien valore la entidad de una amenaza y, por tanto, si ha dejado de estar dentro del ámbito de lo medianamente tolerable para ser delito. ¿Resulta creíble la amenaza recibida? Es decir: ¿podría llevarse a cabo? Seguro que no lo sabes. Saldrás de dudas en cuanto te diga que la amenaza se percibe como creíble cuando te infunde miedo, angustia o desasosiego y preocupación. En ese caso, la amenaza ha cumplido su objetivo.

A los comentarios tipo “Voy a poner una bomba en…” muchos podréis opinar que esa manifestación no resulta creíble ¿Y si lo fuera? De momento, el anonimato no te permite saber quien profiere tal amenaza y qué intenciones tiene. El hecho de no atender al contenido de esa amenaza sería dejar abierta una posibilidad a que se cumpla. ¿Y si no se presta atención y después ocurre alguna tragedia?

¿Qué hacer si eres amenazado?
Por tanto, el decidir si realmente te sientes amenazado por las afirmaciones de una persona es una cuestión subjetiva y muy personal. Lamentablemente, no existen cauces ni con la Red social ni en los Juzgados, que permitan gestionar las amenazas con celeridad. Es necesario la autorización de un Juez para que una red social colabore (si es que colabora) con las autoridades policiales para dar información sobre quién está detrás de esa amenaza. Así que, antes de ponerte en contacto con la red social, recurre a la policía. La red social, aunque le reportes la información sobre el que te amenaza o te ha amenazado, nunca te dará información personal de un usuario. Si reportas el perfil, lo más que vas a conseguir es que (por su política de contenidos) se lo comuniquen al autor. Sí, se lo comunican, y por tanto, darás facilidades para que cuando el autor reciba la comunicación de la red social proceda a suspender o eliminar el perfil y con ello la posibilidad de cualquier investigación.

Por tanto, guarda las capturas de contenidos, aquí tienes cómo hacerlo. Si denuncias a la policía, se abrirá un procedimiento judicial, (es poco probable que un Juez cuestione la veracidad y la credibilidad) para saber quién está detrás de la amenaza. La urgencia no la pones tú, la pone la Red social, quien decide, colaborando o no con la policía, si es grave. Someterte a un proceso penal es duro y puede alargarse más de lo esperado, pero es la única forma de saber, si es posible, quién está detrás de la misma, así que no esperes.

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