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ESTUDIO DE LA COMISIÓN EUROPEA

Dos de cada tres europeos será víctima de un desastre natural a final de este siglo

Un estudio de la Comisión Europea dibuja un aterrador escenario para 2100 en caso de que los Acuerdos de París no sean respetados.

El cambio climático matará en 2100 a unas 260.000 personas

El cambio climático matará en 2100 a unas 260.000 personasAgencias

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Mientras en Estados Unidos los científicos y la administración se tiran a la cabeza informes sobre el cambio climático ("¡Hagamos algo!", dicen los científicos, "¡Hablemos de otra cosa!", responden los hombres de Trump), en Europa algunos se dedican ya a cuantificar los posibles daños futuros.

Hace unas semanas, el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea publicó un estudio proyectivo detallando las consecuencias que el cambio climático podría tener en nuestro continente. Las cifras ponen los pelos de punta:

Entre los años 2071 y 2100, 152.000 europeos fallecerán víctimas del calor extremo. En ese mismo periodo, 233 europeos morirán cada año por inundaciones en regiones costeras. Para 2100, dos de cada tres europeos habrán vivido un desastre natural.

La publicación del estudio coincidió con una serie de olas de calor que dejó, en algunos puntos de nuestro continente, temperaturas de hasta 45ºC. En julio, Roma ardía a 43ºC; Sicilia, a 42ºC.

Semanas antes, nuestro país aparecía en los informativos de medio mundo tras batir todos los récords con unos insoportables 46,9ºC en Córdoba y Sevilla. La ONU apuntó todavía más alto, asegurando que se habían alcanzado los 47,3ºC en Montoro (Córdoba).

La proyección de la Comisión Europea dedica sus peores pronósticos precisamente para el sur de Europa. En las décadas venideras, las olas de calor serán aquí cada vez más frecuentes y cada vez más intensas. En España, Portugal, Italia y Grecia el calor extremo se convertirá en el principal factor de riesgo ambiental, por encima de los terremotos, las erupciones volcánicas o los accidentes químicos y nucleares.

El estudio se centra en las seis mayores amenazas derivadas del cambio climático: las olas de calor y las de frío, los incendios forestales, las sequías, las inundaciones y las tormentas de viento. Varios científicos, sin embargo, han tildado los resultados de catastrofistas. Y tienen razón.

Los propios autores admiten que se pusieron en el escenario más pesimista. Partieron de un aumento de la temperatura global de 3ºC para finales de siglo (tomando como referencia los niveles de 1990), algo que, hasta donde sabemos, sólo ocurrirá si las grandes potencias incumplen los compromisos del Acuerdo de París.

El estudio debe entenderse, por tanto, más como un toque de atención que como un escenario inevitable. Una llamada a la acción que -esperemos- sea escuchada a ambos lados del Atlántico. Sobre todo, al otro.

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