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CONSECUENCIAS DE LA EVOLUCIÓN

¿Por qué algunos perros tienen las orejas caídas y otros no?

Como ya adelantaba Charles Darwin, la explicación podría estar en la domesticación que permite que algunas razas lleven una vida más tranquila y no necesiten estar siempre alerta.

Las razas domésticas también tienen el hocico más corto y el pelaje más pálido que sus antepasados salvajes

Las razas domésticas también tienen el hocico más corto y el pelaje más pálido que sus antepasados salvajes Madwren/Wikimedia

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Seguro que en más de una ocasión te habrás fijado en que muchos perros tienen las orejas caídas y solo las levantan cuando quieren prestar atención. Sin embargo, hubo un tiempo en que no era así y la culpa de ese cambio la tenemos los humanos.

A lo largo de los siglos, la mayoría de las razas caninas han pasado por un proceso de domesticación que ha provocado cambios en sus cuerpos. Un ejemplo es la posición de sus orejas. Mientras que los perros salvajes las mantienen rígidas, entre los acostumbrados a la vida casera predominan las caídas.

La ciencia ha encontrado una explicación a este fenómeno en la relación entre la evolución celular y el modo de vida de los canes. En 2014 un estudio sobre genética animal determinó que las células de cresta neural, claves en el desarrollo de la fisiología de los seres vivos, se habían visto afectadas a lo largo de años y años de cuidados caseros.

De este modo, los cartílagos de las orejas se relajaban, los hocicos se acortaban o el pelo se volvía más claro que el de los salvajes. Además, la evolución era más evidente en aquellas razas que más habían vivido con los hombres.

Pero el primero en darse cuenta fue Charles Darwin. En su texto ‘El origen de las especies’ ya escribía que la caída de las orejas podía deberse al desuso de los músculos, ya que raramente estos animales caseros se alarmaban.

Casi una década más tarde, Darwin indagó sobre el tema en ‘La variación de los animales y las plantas bajo la domesticación’ y vio que este proceso también se extendía a los gatos, los caballos y las ovejas. Justo en ese mismo año, 1868, el anatomista suizo Wilhelm His Sr descubrió las células de cresta neural, fundamentales para siglos más tarde entender los cambios en los animales domésticos.

Aunque no toda la comunidad científica está de acuerdo con estas teorías. Una investigación de 2016 determinó que las características del ‘síndrome de domesticación’ no son universales, “rechazando una explicación simple y única para los patrones fenotípicos de las figuras domesticadas”, escribían en la conclusión del estudio. Sin duda, todavía queda mucho por investigar mientras nuestras mascotas siguen disfrutando de vidas más tranquilas que sus antepasados.

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