Los secretos del hombre más feliz del mundo

Un equipo de científicos dirigidos por el neurocientífico Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.) ha llevado a cabo un experimento con este monje budista para profundizar en el secreto de su felicidad. El estudio se prolongó durante 12 años, los que los expertos colocaron 256 sensores en la cabeza de Ricard mientras meditaba. A la luz de los resultados de los sensores, su mente estaba inusualmente relajada y lúcida.

“Los escáneres mostraron que con la meditación, el cerebro de Ricard produce un nivel superior de ondas gamma -vinculadas a la conciencia, la atención, el aprendizaje y la memoria-”, explica Davidson. Según los expertos no existe precedente en la literatura neurocientífica acerca de este extremo.

Y es que más resultados avalaron esta predisposición a la alegría y felicidad: los escáneres cerebrales mostraron también una actividad excesiva en la corteza prefrontal izquierda  en comparación con la zona derecha, lo que permite una capacidad anormalmente amplia para la felicidad y una menor propensión hacia la negatividad.

Ricard se considera una persona feliz (a pesar de que el título de “hombre más feliz del mundo” le parece una exageración de los medios de comunicación) y explica este estado de ánimo generalizado con el altruismo. Pensar siempre en uno mismo o cómo hacer mejor las cosas por uno mismo durante todo el tiempo es agotador, estresante y normalmente nos conduce a la infelicidad. Para evitar esa focalización en el “yo” y los efectos negativos que ello conlleva, hay que esforzarse por ser más solidario, más benevolente... sin dejar que otras personas se aprovechen de uno, por supuesto. Todo dentro de un margen razonable de generosidad.

Según este monje budista y tibetano, la solidaridad y la benevolencia promueven un estado mental saludable pero, ¿cómo conseguirlo? Como todo lo que merece la pena en esta vida, tener la mente en paz también es producto de un entrenamiento y para ello, la meditación parece ser un buen instrumento.

La meditación promueve el equilibrio emocional y la felicidad. Entrenar la mente para ser más feliz puede ser tan sencillo como pasar 15 minutos continuos al día teniendo pensamientos positivos. Este pequeño truco ya ha sido apoyado por diversos estudios neurocientíficos, que han demostrado que la meditación es una buena forma para que el cerebro atraiga los pensamientos positivos y aleje los negativos. Ricard afirma que con dos semanas ya notaremos resultados provechosos para nosotros y nuestra mente. Teniendo en cuenta que Ricard lleva 50 años practicando, no es de extrañar que podamos considerarlo oficialmente como el hombre más feliz del mundo.