Cinco razones saludables para comer sandía

Aunque contiene más de un 80% de agua, la sandía no es sólo una fruta refrescante idónea para hidratarnos en la época estival: contiene, además, otros ingredientes que benefician seriamente la salud.

Anticancerígeno. La sandía supera al tomate en su contenido en licopeno, un potente antioxidante de color rojo que reduce la incidencia de varios tipos de cáncer, entre ellos el de próstata. En concreto, por término medio, la fruta veraniega contiene un 40% más de licopeno que los tomates crudos que usamos para la ensalada.

Ponerse firmes. Una tajada de sandía fresquita puede resultar un eficaz estímulo para las relaciones sexuales. Después de todo, la composición de esta fruta veraniega incluye ingredientes que tienen un efecto sobre la circulación muy similar al de la famosa Viagra.

En concreto destaca el papel de la citrulina, un fitonutriente que una vez que se ingiere es transformado en arginina por nuestras enzimas. Y este aminoácido "hace maravillas en el corazón y el sistema circulatorio, además de mantener a tono el sistema inmune", según Bhimu Patil, investigador de la Universidad de Texas que ha indagado acerca de sus efectos.

La arginina aumenta los niveles de óxido nítrico, relajando los vasos sanguíneos de manera idéntica a como lo hace la pastillita azul, aunque no solo en los órganos sexuales sino en todo el organismo. De acuerdo con Patil, esta molécula podría resultar útil tanto para tratar como para prevenir la disfunción eréctil sin los efectos secundarios de los fármacos... con la ventaja añadida de que su consumo estimula la libido.

Adiós a la hipertensión. Ese mismo efecto vasodilatador explica por qué la manera más jugosa de mantener la tensión arterial a raya y evitar desarrollar hipertensión es consumir sandía. Según un experimento de la Universidad Estatal de Florida, basta con consumir extracto de sandía durante seis semanas para que se noten sus efectos. Los beneficios se notan sobre todo en personas con sobrepeso.

Corazón sano. Un estudio conjunto de las universidades de Purdue y Kentacky reveló que el zumo de sandía reduce el colesterol "malo" (LDL) a la mitad e impide la formación de las placas arteriales que estrechan los vasos y causan la aterosclerosis. Simultáneamente esta bebida reduce el peso corporal hasta un 30% y aumenta los niveles de citoquinas en sangre, los anti-inflamatorios naturales por excelencia.

Recuperar los músculos. Los atletas tampoco deberían obviar la importancia de comer sandía, sobre todo después de hacer deporte. Un zumo de esta fruta tiene la capacidad de contrarrestar la fatiga y el dolor muscular que se producen tras el ejercicio físico, otro interesante efecto de la citrulina que demostraron hace poco científicos de las universidades de Murcia y Cartagena.