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LA VIDA SON SUEÑOS...

Aunque no te acuerdes siempre que duermes tienes sueños

Un estudio se aproxima a dar una respuesta a todos aquellos que creen que no sueñan jamás pero que en realidad sí lo hacen.

Siempre que duermes, sueñas

Siempre que duermes, sueñas gogeid en Flickr bajo licencia CC

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Llega la noche y después de contar ovejas y acurrucarnos debajo de las sábanas entramos en el mundo de los sueños. Al día siguiente, en la oficina, en la universidad o en la mesa del desayuno es una conversación recurrente lo de hablar de las aventuras que nuestra mente nos ha hecho correr sin movernos de la cama. Sin embargo, siempre hay el típico que dice aquello de “pues yo no sueño nunca nada” y aquí estamos nosotros, o mejor dicho, la científica francesa Isabelle Arnulf, para corregirles.

Entramos en un terreno espinoso porque nadie puede ver los sueños que está teniendo o ha tenido otra persona. Entonces, ¿cómo probar que siempre se sueña?

Para empezar, examinó a pacientes del hospital universitario de Pitié-Salpêtrière que sufrían desórdenes de comportamiento en la fase REM del sueño, conocido como el Transtorno Conductual del Sueño REM (RBD). Eran pacientes que representaban acciones mientras dormían, como los sonámbulos.

Lo típico es que cuando hemos caído en esta fase, el cuerpo permanezca inmóvil y así nos permite 'vivir' experiencias con la mente sin tener que representarlas con el cuerpo a la vez. En los afectados por el desorden, la parte de sus cerebros que regulan esta 'paralización' no funciona bien y además se deteriora con la edad. Por eso durante el sueño pueden pegar puñetazos y patadas, saltar de la cama, gritar, agarrar objetos, hablar o sentarse.

En contrapunto a toda esta actividad, algunos aseguran que no sueñan nada. Arnaulf y su equipo buscaron a trescientos afectados durante diez años. De estos, ocho aseguraban que en la última década no habían soñado y cuatro de ellos afirmaban que no lo habían hecho jamás.

El experimento

Con estos ocho sujetos, más otros diecisiete con RBD pero que sí recordaban sus sueños, comenzó su experimento. Monitorizó en vídeo a los dos grupos y les sometió a actividades para incentivar la memoria por si fuese simplemente cuestión de que no recordaban lo que pasaba por las noches.

La conclusión fue que ambos grupos, al dormirse, entraban en el mismo estado sin ninguna variación. Por lo tanto, sí estarían soñando todos, ya que si unos sí soñaban seguro, entonces los otros como consecuencia también tendrían que estar haciéndolo... sólo que los ocho 'negacionistas' no lo recuerdan, al igual que nos pasa a nosotros en muchas ocasiones. De hecho, se cree que cada noche tenemos una media de seis sueños pero que sólo somos capaces de recordar tres a la semana -en el mejor de los casos-.

La prueba es que, presentando las mismas características los dos grupos monitorizados, sujetos del lado de los diecisiete recordaban haber soñado cosas que coincidían con los movimientos que hacían en fase REM.

Por ejemplo, el que luchaba contra su almohada confesó haberse pasado la noche intentando zafarse de unos pterodáctilos o el que daba caladas a un cigarrillo invisible soñaba con ese pitillo que ya no podrá tener porque había dejado de fumar. Por lo tanto, los movimientos que hicieran los del grupo de ocho dan la clave de lo que realmente estarían soñando.

El problema sigue siendo que no hay forma de ver lo que está experimentando cada sujeto. Es casi una cuestión metafísica porque ¿si no recuerdo el sueño que he tenido... acaso ha existido de verdad?

Puede que, como afirma la doctora, soñar sea una actividad universal. Incluso lo hacen los animales aunque no puedan luego contárnoslo. Hasta que no se invente una forma de proyectar los sueños y verlos...

Aunque claro, ¿no sería eso un tanto aterrador? Hay sueños que es mejor olvidar, hólo faltaría que vinieran con botón para compartirlos en Facebook. Ya sabemos que, como dijo Calderón de la Barca, "la vida es sueño y los sueños, sueños son”.

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