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EL TECHO ASTRONÓMICO MÁS ANTIGUO DE LA HUMANIDAD

Así veían el cielo los egipcios hace más de tres milenios

Hace 3.500 años un arquitecto egipcio llamado Senenmut tuvo la idea de tallar motivos astronómicos en el techo de lo que quería que fuese su tumba. Esto dio lugar al techo astronómico más antiguo de la historia de la humanidad y, aunque finalmente no fuese enterrado en ese lugar porque no llegó a completarse, el techo está conservado y nos abre una ventana a cómo entendían el cielo y el tiempo en aquella época.

Aspecto del techo astronómico del hipogeo de Senenmut

Aspecto del techo astronómico del hipogeo de Senenmut Dorman (1991)

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La Astronomía en el antiguo Egipto es un tema recurrente. Alineaciones estelares en sus construcciones, representación de constelaciones en sus tallas o estrellas que marcaban la siembra y recolección son algunos ejemplos de la amplia cultura astronómica que tenían en aquella época.

Entre todos los monumentos egipcios es conocido el templo de la reina Hatshepsut, hija de Tutmosis I y Ahmose. Perteneciente a la dinastía XVIII, esta reina vivió en el siglo XV aC, hace 3.500 años. Pero no vamos a hablar de esta reina sino de su 'chaty' o canciller real: el arquitecto Senenmut.

Este arquitecto diseñó el templo de la reina, entre otras construcciones. Pero hay una construcción que no ha tenido tanta repercusión: el hipogeo de Senenmut. A pesar de ser una Tumba Tebana (TT 353), se piensa que en ningún momento albergó el cuerpo sin vida del arquitecto, ya que sus restos yacen en otro enterramiento.

Siendo éste un lugar con poca repercusión y donde no se encuentra ningún cuerpo… ¿qué tiene de interés? Aquí es donde entra en juego la cultura astronómica del antiguo Egipto, ya que la parte superior del hipogeo está decorada con lo que se considera el techo astronómico más antiguo de la humanidad.

En él se muestran las principales constelaciones egipcias, los planetas representados por dioses y además, una representación del calendario egipcio, formado por doce meses de 30 días más cinco días llamados epagómenos que representaban el nacimiento de los dioses Osiris, Horus, Seth, Isis y Neftis y que se celebraban del 24 al 28 de agosto actuales.

En cuanto a las estrellas, en el techo se pueden encontrar asterismos como Sah (Cinturón de Orión), la Pierna del Toro (Osa Mayor), Noray (Boyero), La Barca (Puppis) o La Miríada (Pléyades). No es tanta la precisión con la que están representadas como lo que simbolizan, demostrando que hace más de 3.500 años los egipcios ya tenían una organización precisa tanto del tiempo como de la bóveda celeste.

Un proyecto español dirigido por Teresa Bedman y Francisco Martín Valentín, del Instituto Español del Antiguo Egipto, llevó a cabo un minucioso estudio para interpretar el techo, ofreciendo resultados que se pueden consultar en su página web.

A pesar de que sus meses, sus semanas, su calendario en general y su sistema de constelaciones era muy distinto al nuestro, ambos simbolizan dos caras de una misma moneda: un sistema para dividir el tiempo en partes iguales correspondiéndose con la percepción de las constelaciones en las distintas épocas del año. Sin duda, era unos grandes conocedores del cielo.

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