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APRENDE COMO UN CAMPEÓN DE LA MEMORIA

Memrise: mi profesor es una app

Primero estiró su memoria hasta límites impensables. Ed Cooke fue durante varios años uno de los diez mejores en los campeonatos mundiales de memoria. A los 23 años fue el mejor.

Agiliza tu memoria con Memrise

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El británico Ed Cooke se alzó en Gran Maestro de la Memoria después de aprenderse 1.000 números aleatorios y el orden de 10 barajas de cartas en una hora. Aunque ahí no está su récord. Según la BBC, llegó a memorizar 2.265 dígitos binarios en 30 minutos y el orden de 16 barajas de cartas en una hora.

Después cumplió 26 años y pensó que ya había registrado suficientes datos en su cabeza. Ahora era el momento de enseñar a otros cómo memorizar y, a la vez, aprender un idioma o una materia.

“Nos dimos cuenta de que cualquiera puede aprender como un genio si se puede beneficiar del mejor método de aprendizaje”, indica Cooke. “Es tan simple como eso. Todos queremos aprender como un genio y por eso empezamos a investigar hasta que creamos Memrise”.

El licenciado en filosofía y psicología por la universidad de Oxford sabía cómo crear ingentes archivos de datos en la cabeza pero necesitaba algo más. Quería añadir a sus técnicas los últimos descubrimientos de la ciencia sobre la memoria y, para ello, acudió a un antiguo compañero de clase, el nuerocientífico Greg Detre.

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De sus conversaciones nació, en 2010, Memrise. La app, para web y dispositivos móviles, usa las técnicas de Cooke y los conocimientos de la ciencia sobre cómo sacar el mejor partido de la memoria. Desde entonces hasta ahora más de 1,4 millones de personas la han utilizado para aprender más de 200 idiomas, historia y ciencia.

Cooke comparte la extendida teoría pedagógica que asegura que el aprendizaje resulta más fácil cuando, a la vez, es entretenido. Y, por eso, desde el principio pensó que debía ser también una especie de juego. El británico hace un paralelismo entre el desarrollo de la memoria y el crecimiento de un jardín. “Hemos convertido el aprendizaje y el lenguaje en un juego en el que tú cultivas un colorido jardín de recuerdos”, explican en su web.

El fundador dice que el método de enseñanza de Memrise es similar a FarmVille. Tú plantas palabras, las cuidas, las riegas y, con el tiempo, verás que ha florecido un jardín lleno de recuerdos que, en su conjunto, es un nuevo idioma en tu cabeza. FarmVille arrasaba en Facebook mientras ellos creaban la app ¿Por qué no podía convertirse este juego para aprender idiomas en algo igual de adictivo.

Las plantas de ese jardín (imaginario) se llaman ‘mems’ (palabras o conocimientos que se convierten en recuerdos). Al principio aparece una en pantalla con el sonido de su pronunciación y su significado. El usuario puede asociar una imagen o una frase a cada palabra. Y no solo puede, debe. Así lo recomienda Memrise porque la asociación de un término a una imagen ayuda a fijarla en la mente. Estas eran algunas de las técnicas nemotécnicas que utilizaba el campeón de la memoria cuando retenía en su cabeza miles de números aleatorios.

Después aparece otra palabra. Otra. Y otra. Y después empiezan a sucederse pantallas con preguntas como en un juego en el que vas pasando de nivel. La pregunta puede ser una de las palabras aprendidas. El usuario tiene que decir cuál es el significado correcto entre varias opciones. Otras veces es al revés, dan un significado y el usuario decide cuál es el término correcto. Las preguntas se van sucediendo mezclando varias palabras y varios significados. Al final, efectivamente, se repite tantas veces que lo aprendes de memoria.

La app va registrando el proceso de aprendizaje de cada usuario y, al cabo de un tiempo, vuelve a introducir palabras que aprendió hace un tiempo, porque, según Cooke, es imprescindible volver sobre lo memorizado para que se fije en la mente.

Esta es la parte más individual de Memrise. Pero después está la cara B. La app es también una comunidad, como ellos proclaman, o un espacio donde, una vez más, la sabiduría colectiva hace crecer una aplicación mucho más rápido de lo que podría hacerlo cualquier compañía. Los usuarios pueden compartir consejos sobre técnicas nemotécnicas, audios, vídeos o cualquier conocimiento que consideren útil para los demás, pues, según su filosofía pedagógica, “cada estudiante, en parte, es también profesor”.

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