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CON LA AYUDA DE TU SMARTPHONE

Descubre los secretos del mundo con el geocaching

Hay veces que la tecnología sirve para cosas casi mágicas, como irse al campo a buscar secretos que otras personas desconocidas han dejado para que tú encuentres. Bienvenido al geocaching.

Tesoros escondidos a la espera que ser encontrados

Tesoros escondidos a la espera que ser encontrados TecnoXplora

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Qué titular más místico, ¿verdad?  No es que vayamos a descubrir parajes ocultos con lagos cristalinos, unicornios y ninfas del bosque, pero como experimento educativo y como forma de ocio tiene mucho potencial. Efectivamente, el geocaching es ni más ni menos que la caza del tesoro con ayuda del GPS. Es una práctica que no está demasiado explotada en nuestro país pero que está empezando a coger algo de fuerza.

Si algo le debemos realmente a los smartphones es que han conseguido que no nos perdamos nunca si tenemos suficiente batería y conexión GPS o 3G ¿Quién necesita direcciones hoy en día teniendo Google Maps? Ya es posible hasta enviar ubicaciones sin tener que recurrir a coordenadas ni “al lado de la pajarería Martínez”, por lo que es normal que, una vez nos hemos aburrido de lo mundano de llegar a todas partes, intentemos llegar a sitios donde no tenemos que ir. Aquí entra un poquito el geocaching.

Nada de esto habría sido posible, sin embargo, si en el año 2000 no se hubieran eliminado las limitaciones de banda impuestas a los GPS de uso civil y comercial. El geocaching cuando a alguien se le ocurrió que molaría ocultar cosas en sitios al azar y dar las coordenadas de GPS a otra persona para que las encontraran. La primera experiencia se llevó a cabo en Portalan y hoy mismo hay más de dos millones de secretos repartidos por el mundo ¿Cómo encontrarlos? A esto vamos.

Para ser un geocacher hay que seguir unas normas. Están todas bien explicadas en las principales webs de esta curiosa actividad, como geocatching.org o, en nuestro país, geocachingspain.es y cualquiera puede participar en los habituales encuentros y retos que plantean.

Así que con esta base, ¿cómo ponerse a buscar tesoros? Primero, consultando dónde están, claro, y para eso hay un montón de listas con lugares concretos de nuestra ciudad o de donde escojamos. Cada objeto oculto suele tener una ficha asignada de su autor y una descripción del lugar, lo que le da cierto encanto y tono de aventura a algo tan tecnológico como usar un GPS en el móvil. Una vez en los lugares, lo mejor sin embargo es apagar el GPS y tratar de averiguar la ubicación según la descripción, que suele ser bajo una piedra o algo similar.

Para hacer las búsquedas hay también aplicaciones dedicadas, entre las que destaca sobre todo c:geo, una app Open Source con bastantes opciones, que se registra directamente con geocatching.com, que tiene brújula y también acceso una base de datos actualizada de fichas de tesoros. Para iOS no hay una versión de esta app, pero sí otras como esta, que es muy completa pero cara de narices.

Descubierto el ‘tesoro’, no vale quejarse de lo que haya en su interior porque dentro suele haber alguna cosa testimonial, algún detalle mono que alguien que no conoces ha puesto ahí no para regalarte algo, sino para que vivas una experiencia algo diferente y que emplea tu teléfono para algo más que para tuitear a qué hora te vas a dormir o mostrar ese jugoso bistec mal asado que te has hecho para comer.

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