El día que Luis Rubiales anunció que no iba a dimitir tras el beso no consentido a Jenni Hermoso pronunció un discurso que cumplía con todos los puntos del manual de "caballería machista". El primer punto es el de "Ella me provocó". "Ella fue la que me subió en brazos, me acercó a su cuerpo...", expresó el presidente de la RFEF suspendido.

En este sentido, la periodista Ana Requena critica que "Rubiales niega los hechos, e incluso los tergiversa para que parezca un acto consentido, e incluso para atribuirle a ella más capacidad de acción que a él". En la misma línea, la corresponsal de género Isabel Valdés señala que Rubiales "hizo a ella responsable directa".

El auditorio no replicó estos comentarios y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol suspendido continuó con su discurso. En él, incluyó el segundo punto del manual: el de ser "amigo de las mujeres". Y es que si Rubiales es padre de tres hijas, ¿cómo no va a ser feminista? "Utiliza a sus hijas, las lleva a esa comparecencia, las pone entre el público y las interpela y dice que él representa la igualdad. No es que el feminismo esté mal, es que está mal el falso feminismo, que es el que le pide responsabilidades", subraya al respecto la periodista Ana Requena. Y ese supuesto "falso feminismo" del que habla Rubiales nos lleva al punto tres del manual de caballería machista: "La caza del hombre inocente". Muchos de sus barones aplaudieron en pie a un señor que no entregó su feudo.