En mitad de una patrulla, los agentes son requeridos por unos compañeros que necesitan apoyo. Tienen retenidos a dos hombres que podrían estar traficando con drogas. Llegan, los cachean e interrogan. El presunto comprador esclarece que lo único que le podría comprometer es que ha estado consumiendo.

Los agentes, vestidos de paisano, comentan que los han visto realizando un intercambio de sustancias sospechosas, y que al acercarse las han tirado al suelo. Inspeccionan en las inmediaciones. Un agente encuentra una bola de papel.

Sospechan que el presunto traficante pudiera albergar más cocaína dentro de su ropa interior. Trasladan al hombre hasta un portal cercano donde lo cachean más a fondo. Preguntan al supuesto comprador. Dice que suele frecuentar con su amigo para tomar unas cervezas.

Hablan con el supuesto traficante, que asegura no haber vendido droga, y dice haber coincidido apenas con el otro hombre. Localizan el coche del presunto traficante. Lo registran. Abren el portón y la guantera, donde hallan diversos billetes y más cocaína. Localizan, también, una báscula de precisión.