Chicote organiza el trabajo sin Manuel en la cocina. A Amalia la manda arriba porque “tú ya has trabajado bastante”. El chef quiere saber la opinión en vivo de los clientes. Por ello, pide a los camareros que entreguen una tarjeta donde reflejarán su opinión. José Luis continúa con el trabajo que dejó el cocinero. Él asegura que cuando hay mucho trabajo, siempre ayuda en la cocina.

Comienzan a llegar las primeras comandas y José Luis empieza a sacar cosas del congelador. “Si no lo puedes servir, no lo puedes servir”, le explica Chicote. Empieza a decir lo que no puede hacer porque no tiene medios y está desbordado de trabajo. Arriba las mesas esperan, la mitad todavía sin servir.

El estrés bloquea al propietario y se niega a hacer tempura porque no sabe hacerla. Miriam le pregunta qué más no hay, para informar a los clientes. “No hay todo lo que no sé hacer”, le dice el jefe.

Chicote le echa la bronca y se vuelve a justificar porque está desbordado. No sin antes interrumpirle para decirle que se le quema el arroz. “Esto se te quema entero, no el arroz”, comenta el chef.

Tras un servicio desastroso, Chicote lee las opiniones de los clientes, todas malas. Amelia rompe a llorar porque le gustaría que las cosas cambiaran, la única persona a la que se ha visto preocupada por la empresa sin formar parte de ella, según Alberto.