Ángeles, vicepresidenta de la Cofradía de Mariscadoras, mira el mar en Combarro, un pueblo de Pontevedra que vive del turismo y la pesca. "Desde el 14 de marzo no voy al mar y lo veo con mucha tristeza. Es nuestro medio de vida. Todo lo que hay ahí y no podemos extraerlo", cuenta la mujer.
Además, la mujer dice que, aunque pudieran salir, sus "principales proveedores son los restaurantes, los hoteles y los bares de Galicia y toda España que permanecen cerrados". "Tenemos unas pérdidas del 90%, ¿a quién vendemos? ¿a dónde vamos?", se pregunta la mujer.
"Las mariscadoras gallegas nos sentimos tiradas en una cuneta. En febrero tuvimos ya toxina, por la que estuvimos unos días parados y hoy en día todavía la mayoría de los pescadores no han cobrado esa prestación por toxina", denuncia Ángeles, quien cuenta que vieron "la luz cuando el Gobierno dijo que consideraba el marisco de primera necesidad".
Sin embargo, la vicepresidenta de la Cofradía de Mariscadoras dice que, en realidad, "no es de primera necesidad". "Con la crisis y los ERTE que hay, tú no vas a comprar marisco. Comprarás pan o harina, pero no marisco", afirma.
La mujer cuenta que, finalmente les concedieron un "ERTE del 75%". "Pero el fraude y la decepción fue que cuando empezamos a arreglar el papeleo, el ISM nos comentó que tenemos que esperar al mes de abril y pagar el mes de marzo. Señores Feijóo y presidente del Gobierno, las familias que no tenemos qué comer, ¿con qué pagamos esto?", critica Ángeles.