El Españolisto tenía un primo que no se creía mucho eso del cambio climático, pero tras escuchar a los expertos de la ONU hablar sobre sequías extremas, inundaciones catastróficas y subidas drásticas de la temperatura de la tierra, se lo ha pensado mejor y se ha pasado a la 'vida verde'. Y no es que el Españolisto haya tenido que irse a vivir a la montaña, pero ha dejado atrás algunos malos hábitos porque se ha propuesto salvar el planeta.

Lo primero que ha hecho ha sido tatuarse las tres 'R' a fuego: reducir, reutilizar y reciclar. Reduce los desechos que tira, prohibida la fruta envuelta en plásticos; y las legumbres y el detergente, a granel. Y sí, se han acabado los bastoncillos.

Además, reutiliza las cosas que ya ha usado y se ha vuelto adicto a los mercadillos de segunda mano. Y aunque a veces tiene alguna duda con los contenedores, el Españolisto siempre recicla.

También se ha comprado un coche eléctrico, viaja en metro y autobús y, siempre que puede, va andando a los sitios. Y como ahora consume menos carne (porque producirla emite muchos más gases invernadero) hasta se le ha quedado 'tipín'.

Se ha acabado lo de poner la calefacción a tope y el modo 'ECO' de los electrodomésticos es su mejor amigo. No imprime las facturas, ni corres electrónicos si no es necesario, e incluso ha plantado un árbol. Además, como sabe que una bolsa de plástico tarda mil años en destruirse, no se separa de sus bolsas de tela.

Y lo más importante: el Españolisto sabe que quedan meses para que el cambio climático sea irreversible así que no desperdicia ninguna ocasión para convencer a sus amigos de que "no hay planeta B".