La colaboradora de ‘El Intermedio’ se pregunta cómo dos personas que han estudiado lo mismo en el mismo sitio han tenido “carreras tan dispares”. Évole no cree que sea así. “Lo que pasa que en este país se necesita la etiqueta y te la ponen enseguida. No podemos pasar de ser los gamberretes que tocábamos los timbres y nos pirábamos, a ser el periodismo de referencia”, explica.
Jordi se abre a Thais y le confiesa que en los veintitantos años que se conocen la echó el ojo. “Anda que no te hice luces con el coche. Siempre fuiste aquella chica pizpireta con buen humor”, bromea. Además cuenta que se enamoró “perdidamente de una monitora de colonias”. Fue su primer amor.
Cuando le dieron en Ondas, a la hora de hacer su discurso, habló de la defensa del periodismo en televisión, porque cree que se puede hacer “con la misma fuerza que el periodismo escrito, el radiofónico…”.
Además, asegura que “el periodismo en general vive un momento en lo laboral precario como pocas veces lo hemos vivido pero a la vez nos encontramos con una ciudadanía que reclama más que nunca que les informemos”, comenta.
Para Jordi las ruedas de prensa sin preguntas son “un timo, una farsa, una puesta en escena, pero si no cogemos y nos largamos lo seguirán haciendo”. Sobre la moda actual de comparecencia en televisión de plasma “me avergonzaría como presidente de mi país ver esa imagen”. Aunque cree que el entono de los responsables políticos les capa “son personas que serían capaces de defenderse mucho mejor delante de la prensa”. “Es mucho más jodido de entorno político que el propio político”.
Antes de irse, Évole deja un mensaje a los alumnos de la facultad.