Alberto Chicote y el resto de concursantes llegan a la última parada de Batalla de restaurantes, el TaraMbana de Pedro. Los participantes comentan el 'look' más informal y desenfadado que tiene el local, pero todos coinciden en que no tiene pinta de restaurante de caza. Una vez dentro flipan con el diseño. Aunque empiezan a sacarle alguna falta. "Mucha carne pero poca caza", dice David al ver la vitrina de maduración de carnes. Al jefe de cocina del Novus Orza le recuerda más a un sitio de copas o cervezas con comida que a un restaurante.

En la cocina, siguen sin ver carne de caza. "Es una incógnita lo que nos van a poner", comenta Ismael. "Vosotros tampoco habéis puesto muchos platos de caza", le responde Sole creando un momento de tensión. Después de inspeccionar el local llega la hora de probar la comida. Piden huevo trufado con picadillo de venado, ensalada de canónigos, tempura de langostinos y trigueros y por último, gambones thai. "El picadillo es comprado, no es aliñado por ellos", dice Sole. Ismael comenta que el arroz esta un poco duro y que el gambón es congelado, entre otras cosas. "No me ha gustado el plato", sentencia. David critica que la ensalada es de bolsa y "sin alma". "Pues tendremos que ir al cementerio a hacerla, que allí hay muchas almas", responde Pedro entre risas.

Los competidores le hacen saber al camarero que el picadillo no lo hacen ellos. Cuando va a la cocina le dice a todo el equipo las críticas que ha recibido. "Yo creo que han flipado un poco con el bar y todo esto, y ya están diciendo vamos a darles caña porque sino, nos van a dar por todos lados ", cree una cocinera.