"Sin carne para la rompebolas". Es la anotación que aparece en el ticket de un restaurante de una señora. Una frase que, al parecer, al camarero se le olvidó borrar antes de imprimir. Este despiste ha desvelado uno de los secretos mejor guardados de la hostelería. En algunas ocasiones, los camareros ponen motes a los comensales.

Pero ojo, porque Alfonso Arús también juega a este juego, y lo hace con dobles y parecidos. "En verano nos encontramos a Casemiro", recuerda Hans Arús. "Bueno, Casemiro nos ha servido a nosotros ensalada caribeña", bromea el presentador de Aruser@s.

"Camareros y camareras del mundo, ¿soléis poner motes a los clientes?", preguntan a la audiencia desde el plató. Apenas pasan diez minutos y ya hay respuestas. "El limón", "la vinagres" o "los panchinetas" son algunos de los motes.

"A mí me ha confesado el dueño de un restaurante que, al lado de las reservas ponen cómo ha ido esa reserva. Por ejemplo, si tú has dado mucha la lata con que la mesa no te gustaba o has devuelto platos, lo ponen al lado de la reserva para que la próxima vez que llames, salte, y si tienen a alguien más a quien darle la mesa te dicen que no hay sitio", cuenta Alba Sánchez.

"O sea que si eres un pesado o un broncas, queda en la base de datos", resume Alfonso Arús.