Su aspecto temible, su gran tamaño y sus enormes dientes no fueron suficientes para sembrar el pánico en este bebé, que lejos de asustarse, se divierte con la presencia de esta persona disfrazada de dinosaurio e incluso le llega a ofrecer jugar con su pelota.

El pequeño no deja de reírse e incluso acaricia su morro, mientras que los adultos que están a su alrededor se pegan algún que otro susto ante los divertidos 'rugidos' del animal, tal y como podemos observar en este vídeo de Aruser@s.

"No solamente no se asusta, es que está contentísimo", comenta Alfonso Arús mientras ve estas entrañables imágenes. "Es tan pequeño que no es ni consciente", analiza María Moya.