Richard Dubiel, un anciano estadounidense de 75 años, decidió reparar él solo el tejado de su casa que había sido dañado por unas goteras. Durante varias semanas, Richard se levantaba cada día a colocar, una a una, las tejas de su techo.

Su minucioso trabajo llamó la atención de su vecino David, que decidió publicar una foto en Facebook del anciano mientras colocaba las tejas. La imagen estaba acompañada con un texto en el que pedía ayuda para su vecino. Bastó este gesto para que un grupo de techadores voluntarios acudiera a prestar su ayuda a Richard Dubiel.

Pese a que en los últimos años Richard prefería estar siempre sólo, el anciano confesó al medio estadounidense 'ABC' que volvió a "creer en la humanidad". "Nunca imaginé que encontraría a tanta gente en mi puerta dispuesta a trabajar gratis. ¡Es un gran gesto!", concluía.

Aunque fueron ellos los que completaron el trabajo iniciado por el anciano, dejaron que él colocase la última teja de manera simbólica. Ese día, Richard recibió una lección de solidaridad y aprendió que, incluso para arreglar el tejado, siempre hay gente dispuesta a ayudar.

Richard arreglando su tejado