El puesto del párroco de Épila, en la cuerda floja. Vecinos del pueblo han entregado ante el Arzobispado una carta para pedir al sacerdote que sea apartado temporalmente de sus funciones.

"Hemos mandado esta carta para que retiren cautelarmente al párroco de Epila, más que nada por el conflicto social que se está formando y por su seguridad", nos cuenta José María Simón.

Aseguran que los feligreses están divididos ante la investigación por presuntos abusos al que fuera su diácono durante más de 2 años. El Arzobispado asegura que tomará una decisión lo más rapido posible.

Por su parte, el párroco se siente dolido, aunque entiende que el diácono despertaba simpatías entre sus vecinos: "Aunque él no cuide a su amigos, es un hombre tan rockero que sabe ganarse a la gente, que no le faltan amigos".

Además, niega tajantemente que drogara y realizara tocamientos al diácono, como apuntaban algunos medios: "No es así como se da, lo cual me crea una sospecha de capacidad imaginativa".