Los servicios de emergencia trabajan a destajo para evitar que Pradilla de Ebro se inunde. La crecida ha superado los ocho metros y la mota de contención no parece suficiente. Por eso, la Confederación Hidrográfica, los vecinos y el Gobierno de Aragón se afanan en intentar subirla medio metro más de lo que tenían previsto.
"Nos sentimos abandonados, esta noche hemos estado solos. Si no llega a ser por los vecinos que han echado un par de narices con palas, como en el año 1960", se ha quejado una vecina. "No han echo más que engañarnos, como siempre", ha añadido otro vecino.
Precisamente para ello, muchos vecinos fueron desalojados de dos localidades ante el riesgo de inundación. Con vehículos particulares, autobuses y ambulancias para las personas con movilidad reducida, les han trasladado al polideportivo de Tauste.
Un enfado que han manifestado con el Presidente de la Confederación Hidrográfica. "Se avisó por parte de la confederación que los efectos que podían producir esta venida sería parecidos a los del 2007 y 2003", ha afirmado Xavier de Pedro, presidente de la Confederación del Ebro.
En Boquiñeni, los vecinos más próximos al río fueron desalojados anoche por recomendación del alcalde y hoy, ya han podido regresar a sus casas. Con un ojo puesto en el río y otro en la cocina, Pilar y Mari Carmen han decidido colaborar como pueden con el personal de emergencias.