Sólo en Castelldefells la violencia machista se ha llevado por delante la vida cuatro personas pocos días, entre ellas la de dos menores de siete y diez años que murieron en un chalet junto con su madre. Se trata de una semana trágica a la que hay que sumar otras dos agresiones a mujeres. Han sido en Granda y en Ciudad Real, en los dos casos salvaron la vida de milagro.

En la mayoría de los casos no hay denuncias previas. De las 25 mujeres que han muerto en 2015, sólo en dos casos había denuncia previa. Se trata de un trámite decisivo para que las víctimas puedan estar protegidas.

Sin denuncia, defender a las mujeres es complicado. Es lo que le pasó a Marina que murió en Castedefells. Había llamado por teléfono a los Mossos pero nunca formalizó la denuncia. En Alcalá de Guadaira murió María. Ella también alertó del comportamiento de su marido, pero todo quedó en una llamada telefónica.

Formalizar la denuncia es un mal trago para las víctimas, que temen que su maltratador incremente la violencia. María Paz Ruiz, psicóloga forense experta en violencia de género, explica que "son sujetos que no aceptan ser abandonados porque no pueden asumir esa herida narcisista de abandono".

Sin embargo, sólo un parte de lesiones físicas podría ahorrar este mal trato, en ese caso, la Policía estaría autorizada para investigar la agresión.