La serpiente llegó hasta una vivienda situada en la tercera planta de este edificio. Y sorprendió a Iris en el aseo, que así lo contaba: “En el momento de ir a orinar al inodoro escuché varios sonidos detrás de mí, se pasaron a debajo al wáter y antes de poder levantarme noté un mordisco y cuando me levanté vi una serpiente muy grande verde y amarilla de colores muy vivos”.
Tiró de la cadena, echó lejía y cerró el baño. Después tuvo que pasar toda la noche ingresada en el hospital. En el bajo del edificio hay una guardería que, por precaución, ha precintado los aseos hasta que aparezca el animal. Pero la psicosis se ha extendido al resto del barrio.
Otros, miran dos veces antes de sentarse. Porque de momento, ni rastro de la serpiente. La policía cree que se trata de una especie exótica que pudo escapar del terrario de algún vecino. Aunque hasta ahora ninguno la ha reclamado.