El accidente laboral en el que Óscar González se seccionó un brazo tuvo lugar el 23 de marzo y la rapidez con la que actuó el propio Óscar, así como los sanitarios que lo atendieron en Laza, contribuyó a que, solo dos horas más tarde, el chico estuviese en el quirófano del hospital vigués.

Cuando Oscar sufrió el accidente, su brazo quedó muy dañado, puesto que se rompió los dos huesos del antebrazo y se desgarró los tejidos. En ese momento, se hizo un torniquete con un chaleco de obra y fue trasladado a Laza, donde los médicos le inmovilizaron el brazo con una férula, cortaron la hemorragia y se lo vendaron (las partes estaban unidas solo por un tendón y un nervio).

Desde allí, fue trasladado por un helicóptero del 061 a Vigo para ser intervenido en Povisa. En primer lugar, el equipo de traumatología liderado por Rafael Otero sintetizó y consolidó la fractura, para que los cirujanos plásticos y de reconstrucción, Enrique Moledo y Beatriz Postigo pudieran unir vasos sanguíneos, nervios, tendones y músculos, en una operación que se prolongó durante más de seis horas.

El paciente también ha explicado a los medios su experiencia y ha agradecido al equipo médico su labor puesto que, como ha señalado, al ver el aspecto de su brazo derecho tras el accidente, creyó que había perdido la mano para siempre. "No contaba con ella, y cuando me desperté después de la operación y la vi...", ha rememorado.

Oscar González ha subrayado que "todo ocurrió muy rápido, como si fuera un sueño", pero ha precisado que sí recuerda haber hablado con el doctor Moledo antes de la intervención. "Le dije: haz lo que puedas", ha relatado.

A este vecino de Allariz le queda ahora por delante una larga recuperación, según ha confirmado el equipo médico. Tras haber superado las primeras dos semanas y haber reducido significativamente el riesgo inicial de infección, Oscar irá recuperando paulatinamente la sensibilidad en la mano, y deberá someterse a otras pequeñas cirugías, así como a un largo período de rehabilitación para recuperar la movilidad.

La complejidad de la sección del brazo y la "suciedad" de la herida fueron contrarrestadas por varios factores que favorecieron una rápida intervención para salvar la mano de Oscar González. Según ha explicado Enrique Moledo, gran parte del éxito de la reimplantación se debió a la buena actuación de los sanitarios que atendieron al trabajador en Laza, y sobre todo, a la rapidez con que llegó a Povisa.

Este cirujano ha explicado que el personal de ambulancias dispone de información para saber cómo se deben trasladar los órganos amputados, y ha recordado que nunca deben ponerse en contacto directo con hielo, sino envueltos previamente en una bolsa o en gasas estériles.

Según ha apuntado, si se cumplen esas indicaciones sobre la conservación de los miembros y se actúa con rapidez (hasta un máximo de 6 u 8 horas para secciones por encima de la muñeca), hay un 80% de éxito en el reimplante de los brazos.