Un drone de la Policía Nacional participa en la investigación del incendio de la planta de Campofrío en Burgos, ocurrido el pasado 16 de noviembre, con el objeto de localizar los posibles focos de inicio de las llamas. Según fuentes del Cuerpo Nacional de Policía, con este artilugio volador se pretende acceder y captar imágenes de zonas remotas de difícil visión.
Desde el pasado martes, agentes especializados de la Comisaría General de la Policía Científica, junto a otros de la Jefatura Superior de Castilla y León, supervisan el desescombro, que es llevado a cabo por una empresa especializada.
La investigación del siniestro, que dejó la planta inservible, de tal manera que se va a construir una nueva, está siendo muy laboriosa, según fuentes policiales, debido a las dimensiones de la factoría y por los cuantiosos daños materiales.
Cuando se empezaron las tareas de desescombro, el pasado martes, los agentes especializados han contado también con la ayuda de tres perros, de nombre Greta, Oso y Cobra y pertenecientes a la Unidad de Guías Caninos, adiestrados para detectar la presencia de aceleradores de fuego.
Los operarios de la empresa adjudicataria de los trabajos de desescombro, siempre bajo la supervisión de los agentes, emplean maquinaria pesada para ir evacuando los restos del incendio, conforme al plan de derribo establecido, según han informado fuentes de la subdelegación del Gobierno en Burgos.
Los daños que sufrió la factoría de Campofrío en Burgos fueron de tal magnitud que la dirección de la empresa rechazó su reconstrucción y se comprometió a la construcción de una factoría nueva en el plazo de dos años, sin determinar si se levantará en el mismo lugar o en otro polígono industrial de Burgos.