Acabar por los suelos en un encierro no es siempre culpa del que cae ni de la mala suerte. El problema, muchas veces, son los demás.

Sergio se coloca muy bien para correr ante el toro pero otro corredor se le cruza, le estorba y ya no hay solución. No está herido, pero no es la primera vez que le pasa.

Sanfermines de 2017. El toro le corneó en la axila, un recuerdo de cuatro centímetros que no le ha quitado las ganas de seguir corriendo encierros.

En Lodosa los toros con soga de este fin de semana han dejado dos heridos por asta y 10 heridos. Uno de los mozos tentó demasiado a la suerte. Recortó al toro una vez. Se creció y lo hizo de nuevo. Pero cuando arranca el toro ya no tiene fuerzas y acaba por los aires. Se libra por poco de ser empitonado.

Para quien dude de la fuerza de un toro: la imagen de un astado levantando un coche de una embestida lo dice todo. Ante algo así, sólo queda correr.