Después de dos semanas de castigo, la menor fue hallada muerta por la policía del estado estadounidense de Míchigan. Según los medios locales, la niña era envuelta con mantas y cinta adhesiva, algo que le dejaba sin capacidad de movimiento y dificultades para respirar.

Los agentes que acudieron al lugar de los hechos encontraron a la menor envuelta hasta el punto de no poder respirar y con contusiones por todo su cuerpo.

La madre ha perdido la custodia de sus otros dos hijos y ha sido acusada junto a su pareja de homicidio y abuso infantil, lo que podría llevarles a ser condenados a cadena perpetua.