Al peligro de las concertinas, Marruecos añade otro obstáculo para intentar disuadir a los inmigrantes de que intenten saltar la valla. Construyen un foso en su parte de la frontera que podría estar terminado a finales de verano.
El foso tendrá una profundidad de tres metros que, sumados a los dos metros de altura de la valla, podría suponer una caída de cinco metros para los inmigrantes. La valla española estaría situada a 50 metros del foso. "Queremos conocer si España ha invertido algún fondo de cooperación para esa nueva construcción. Nos preocupa cuánto se está invirtiendo en seguridad", señala Estella Galán, secretaria general CEAR.
Para Alain, una de las personas que logró entrar en nuestro país tras cruzar la frontera por Ceuta, el hecho de que se construya un foso o se pongan concertinas no hará que los inmigrantes se detengan. Lo que dejan atrás es mucho peor y están dispuestos a jugarse la vida por llegar hasta aquí.